La «razón de peso» para que Pedro Sánchez declare Madrid zona catastrófica
A su mujer Begoña Gómez se le ha congelado la tubería de la caldera de su piso en alquiler en Pozuelo de Alarcón
La escena podría nutrir perfectamente el guión de una de esas comedias que relatan las peripecias una comunidad de vecinos. Un chorro de agua cayendo desde la terraza de un piso sobre el bajo y el jardín del vecino tras estallar una tubería de la caldera por el paso de la borrasca Filomena . El resto de residentes del edificio, perplejos, tratando de averiguar el origen de la avería y pidiendo auxilio al portero de la urbanización para evitar una inundación. Este es el escenario vivido el pasado miércoles en una comunidad de Pozuelo de Alarcón, en la zona de Avenida de Europa . Según ha podido saber ABC, la propietaria del piso de unos 70 metros cuadrados, con dos habitaciones y dos baños, es Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez .
«En el piso no hay nadie, habrá que llamar a Moncloa, digo yo, ¿no?», comentaba con sorna un vecino en los corrillos. «A ver si ahora, con esto, Pedro por fin se decide a declarar Madrid zona catastrófica» , añadía otro. Efectivamente, el inmueble estaba vacío porque los inquilinos, un matrimonio con dos hijos, viajaron fuera de Madrid por Navidad y la llegada de Filomena les impidió regresar a la capital.
Una vez avisados los inquilinos de que la tubería de su caldera había reventado, el portero fue el encargado de evitar que el desperfecto acabara por causar una inundación. «Caía agua como una cascada, menos mal que el portero sí pudo venir a trabajar y se encargó de cortar la llave de paso» , relata a ABC un vecino de la urbanización. «Está claro que todo lo que toca Pedro Sánchez lo gafa, porque es la única tubería que ha reventado de toda la comunidad».
A finales de los 90, Begoña Gómez adquirió este inmueble en una de las zonas con el metro cuadrado más caro de Madrid. En el mismo portal también compró piso Alberto López Viejo , exconsejero de Deportes de la Comunidad de Madrid. Algunos vecinos recuerdan que Begoña vivió alguna temporada allí, pero hace años que lo tiene alquilado. Alberto, en cambio, lo vendió. La comunidad está formada por unos 70 propietarios y se encuentra a 500 metros de la iglesia de Santa María de Caná y a unos seis kilómetros de la vivienda del matrimonio en Prado de Somosaguas. Dispone de piscina olímpica, pistas de tenis y portero. Ahora mismo, tras la crisis del Covid-19, un piso de la características del de Begoña se alquila por entre unos 1.100 y 1.300 euros al mes. La comunidad, que corre a cargo de Begoña, asciende a 150 euros.
Begoña Gómez ha pasado el 2020 bastante alejada del ojo público. Al principio de la pandemia, dio positivo en coronavirus tras estar en contacto con algunas ministras y vicepresidentas del Gobierno en la manifestación del 8 de marzo. El 2 de mayo, anunciaban en una rueda de prensa que ya había recibido el alta médica. En septiembre, acudió a algún desfile dentro de la Mercedes Benz Fashion Week, pero quizá su aparición oficial más notoria se produjo en octubre con su visita al Vaticano, donde estrenó flequillo y nuevo tono de pelo.
Tampoco hay que dejar de lado su faceta académica. El 6 de noviembre se estrenó como codirectora de una cátedra extraordinaria en la Universidad Complutense de Madrid sobre la Transformación Social Competitiva. Begoña Gómez se ha encargado de conseguir la financiación de los patrocinadores. La Fundación la Caixa y Reale Seguros han aportado 120.000 euros (la mitad cada una) para cuatro cursos, 30.000 por cada uno de ellos.
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