Esas cosas buenas... (del verano)
La piscina
De Pakistán a Occidente y de la purificación espiritual al ocio
Mohenjo-Daro, actual Pakistán, 2500 a.C. Allí se creó la primera piscina de la que hay constancia, llamada «La gran bañera», considerada desde 1980 Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Construida con piedra y ladrillos, impermeabilizada con una especie de alquitrán en su día, no se diferencia en exceso de las piscinas construidas en pleno siglo XXI. Antes y después, siempre han supuesto un lujo que aportaba una experiencia o purificadora o placentera, o ambas cosas.
Situada en la región de Sindhu o Sind , un territorio de superficie equivalente a Andalucía y Extremadura juntas que tenía como capital a Karachi, se trataba de una piscina para una población de unos 35.000 habitantes situada en el area que linda con la India actual. De hecho, la palabra India deriva de Sindhu, qu en persa se convirtió en hindu, perdiendo la S.
Descubierta en 1926, «the Great Bath» cumplía f unción de baño espiritual de los pueblos del Valle del Indo que allí vivían, una civilización de la Edad de Bronce que se supone influyó a Oriente y Occidente.
Actualmente, con 10 millones de piscinas solo en los Estados Unidos de América y más de otras tantas en Europa, se puede decir que en el mundo occidental la piscina cumple un importante rol en la percepción del ocio . En verano, una piscina refresca solo con mirarla, crea un entorno húmedo y relajante, ofrece una visión verdeazulada de la vida y nos deja descansar bien a su lado. Lejos o cerca del mar, la piscina representa el verano.