A Phil Collins le sale una Angela Dobrowolski

Tras un tira y afloja judicial que ha durado meses, el cantante británico consigue desalojar a su exmujer «okupa» de sus mansión de Miami. La propiedad ha sido vendida por 33 millones de euros

Phil Collins y Orianne Cevey antes de su última crisis sentimental ABC

I. G.

Más vale un mal arreglo que un buen pleito. Es una norma que, en el caso ruptura matrimonial, ahorra verdaderos quebraderos de cabeza. Pero hay quien prefiere dar mucha guerra en los tribunales antes que rendirse a una pensión de «medio pelo». A Phil Collins , dos de sus tres divorcios (no hay datos del primero con la canadiense Andrea Bertorelli, madre de sus hijos Joely, que es adoptada, y Simon) le han costado, al amparo de sendos acuerdos judiciales, unos 47 millones de euros : a su segunda esposa, la estadounidense Jill Tavelman, con quien tuvo a la actriz Lilly Collins , le pagó algo más de 19 millones de euros en 1996; y para la diseñadora de joyas suiza Orianne Cevey , la tercera y con la que comparte dos hijos llamados Nicholas y Matthew, y de la que se divorció en 2006, desembolsó el equivalente a más de 28 millones en concepto de manutención familiar . Nada especialmente sangrante para un patrimonio neto estimado en 250 millones, según el portal «Celebrity Nerwork».

El exbatería de Genesis se las prometía muy felices ante una jubilación tan solitaria como apacible , sin que nadie le echara en cara su poco apego al aseo personal y encerrado en su mansión de Miami (antes perteneció a Jennifer Lopez), donde se dedicaba a desayunar con una botella de vino, practicar el «sillon-ball» siguiendo por televisión cualquier evento deportivo y reactivar su carrera musical cuando lograba sacudirse la pereza.

La pareja poco antes de su boda en 1996 AFP

Hasta que volvió a caer en brazos de Orianne Cevey (46 años) , quien en 2016, cuando retomó su relación con Collins, había mutado su aspecto de manera espectacular a base de operaciones de estética. Planearon una nueva boda, bastante más íntima que la que tuvieron en 1996 en en el Rivage Hotel Beau de Lausana (Suiza), donde acudieron más de 300 invitados, entre ellos Eric Clapton y Elton John . Pero jamás llegaron a pasar de nuevo por la vicaría. Dicen que la mala salud de ambos les reconcilió: Phil Collins había sufrido en 2009 una grave lesión cervical, mientras que Orianne en 2015 se sometió a una operación de columna de la que salió con una pierna paralizada.

Vista exterior de la casa recién vendida ABC

La paz les duró poco más de un año: en agosto de 2020, el músico se enteró que su pareja se había casado en secreto en Las Vegas con un tal Thomas Bates , así que decidió ponerla de patitas en la calle. Al parecer, Orianne comunicó Collins la noticia por SMS. Pero aprovechando un descuido del batería, a quien por cierto acusó públicamente de no haberse «duchado ni lavado los dientes durante un año» , se atrincheró con su flamante marido en la mansión de Miami y dijo que no se movería de allí si no recibía una compensación por la mitad del valor en el mercado de la casa, unos 33 millones de euros, tal y como, según su versión, le había prometido Collins.

Así que al músico británico le ha salido su propia Angela Dobrowolski : al igual que el productor Josep Maria Mainat , quien las ha pasado canutas hasta conseguir desalojar a Dobrowolski del domicilio familiar en Barcelona y tras supuestamente intentar envenenarle con insulina , Phil Collins ha tardado meses hasta conseguir una orden de desahucio de Orianne Cevey, que finalmente se ejecutó el 21 de enero.

Salón comedor de la casa de Collins ABC

Ahora, y según adelanta en exclusiva «Page Six» , del «New York Post», Cevey se dedica a subastar objetos personales y recuerdos de Collins que, según el medio, no reportan especial «alegría» al músico, entre los que se encuentran sus discos de oro por los que pide poco más de 80 euros cada uno. Incluso, algún ejemplar ajeno a los éxitos de Collins, como «The Principle of Moments» , segundo álbum en solitario de Robert Plant , vocalista de Led Zeppelin.

La subasta se está realizando a través de la casa Kodner Galleries , en Miami, y al parecer responde a la falta de espacio de Orianne Cevey en su nueva residencia, considerablemente más pequeña que la que compartió con Collins. Así, según «Page Six», la ex de Collins quiere desprenderse de b olsos y prendas de Chanel , joyas con piedras preciosas (por ejemplo, un collar con una calavera tallada y un diamante de 10,35 quilates sin engarzar por 250.000 euros), zapatillas de deporte de alta gama y varios relojes Rolex. También, una colección de sellos antiguos. Según ha declarado un representante de Cevey a «Page Six», « tiene 5.000 pares de zapatos y solo dos pies».

Phil Collins, por su parte, acaba de vender la mansión de Miami, según publica el «Daily Mail». El nombre del nuevo propietario se desconoce, pero se sabe que sí ha conseguido los más de 33 millones de euros que pedía por la propiedad, que, según el portal inmobiliario The Jills Zeder Group , desde donde se ha gestionado la venta, incluye una piscina rodeada de palmeras, un piano de cola, una bodega con capacidad para 800 botellas y espléndidas vistas al mar desde el dormitorio principal. La casa se encuentra en una parcela de casi 5.000 metros cuadrados, con con más de 1.000 metros edificados, seis dormitorios y ocho baños.

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