Los Ortega Cano, una familia unida en la tarde del adiós
El diestro estuvo arropado por su pareja, Ana María Aldón, y sus tres hijos
Dos mujeres han marcado la vida de José Ortega Cano . La primera le llenó de copla el alma. Protagonizaron un amor de película, inmortalizado hasta la saciedad por la prensa. Al final se mezclaba lo que acontecía en los ruedos y en los escenarios. Rocío Jurado le cantaba y él le brindaba sus faenas. La segunda, Ana María Aldón , poco tiene que ver con el espectáculo y los focos. Siempre discreta, apareció en uno de los momentos más difíciles del maestro, tras el accidente y muerte de Carlos Parra , para devolver la serenidad y la confianza. Y ayer le mostró una vez más su apoyo y su cariño, en el ruedo de San Sebastián de los Reyes.
Noticias relacionadas
La figura de Ana María fue la más buscada por las cámaras. Llegó a última hora, una vez comenzada la corrida, enfundada en un mono verde con estampado floral, de la mano del pequeño José María , el hijo en común que tiene con el diestro. Sin duda, uno de los protagonistas de la tarde, que derrochó simpatía y desparpajo a sus 4 años.
Tampoco se perdió la emotiva despedida su hija Gloria Camila , quien tiene devoción por el maestro. «Toda la suerte a mi todo, te quiero, te amo, mi rey», le escribió cariñosamente unas horas antes. La joven llegó con la mirada oculta bajo unas gafas de sol, acompañada de su novio Kiko Jiménez y su hermano José Fernando , quien recibió un permiso especial de la clínica donde permanece ingresado. La entrada de los tres al ruedo estuvo escoltada por una legión de cámaras y periodistas, que no lograron arrancarles ni una palabra.
La llegada del maestro, minutos antes de las siete, se convirtió también en un auténtica batalla campal de curiosos y reporteros, contenidos por un cordón policial que le abría paso en las inmediaciones del coso. Otros toreros que quisieron estar presentes en su despedida fueron Miguel Abellán , Antonio Ferrera o Israel Lancho .
Y entre pase y pase, Ortega Cano dirigía su mirada a sus tres hijos y Ana María. Gloria Camila encendía un cigarillo tras otro y José Fernando desafiaba la sofocante tarde con unos botellines de agua. Novia e hija del torero compartieron confidencias y comentaron cada detalle de la corrida, dando muestra de su buena sintonía. Gloria Camila se deshizo en cariños y besos con el pequeño José María, ensimismado jugando con la montera de su padre. Ella se quedó con una oreja que le lanzó.
Y aunque Ortega Cano confesó en una entrevista a ABC su intención de casarse con Ana María cuando cumpliera su deuda con la justicia y abandonase la cárcel de Zuera (Zaragoza), a día de hoy no han pasado por el altar. Antes o después lo harán. Ella es la mujer que necesita ahora a su lado.