Ana Obregón, una madre coraje

Hubo una época en la que no se daba el pistoletazo de salida al verano hasta que la polifacética Ana Obregón (65 años) no posaba en la playa con algún sexy bañador, o bikini en los últimos tiempos. Año tras año, desde 1985, la presentadora de televisión deleitaba con su espléndida figura -que aún conserva- sobre aguas cristalinas. Pronto se convirtió en la reina de los posados veraniegos y en símbolo de la época estival. También reinó y sigue reinando el papel «couché». Su agitada vida sentimental la llevó a copar innumerables portadas de revistas, medios escritos y horas y horas de parrilla televisiva.

Pero todo eso lo dejó atrás cuando a su hijo Álex Lequio le diagnosticaron cáncer. Tristemente, tras más de dos años de incesante lucha, el joven de 27 años ha fallecido este miércoles en un hospital de Barcelona en el que estaba recibiendo tratamiento desde hace algunos meses.

Ana Obregón solo ha tenido ojos para su hijo desde que nació y más, desde que su pequeño tuvo que comenzar la quimioterapia. La bióloga lo dejó todo -también sus compromisos laborables- para dedicarse a tiempo completo a Álex y desempeñar el papel de madre entregada que siempre ha ejercido. Hicieron las maletas y se marcharon a Nueva York para tratarse en el prestigioso Memorial Sloan Kettering Cancer Center. Tras varios meses en la ciudad que nunca duerme, regresaron a la capital española para continuar aquí el tratamiento.

En los actos públicos a los que acudió el joven en España, que nunca dejó de trabajar y de organizar actos solidarios pese a todo, siempre iba acompañado por sus padres, que no se separaron de él en ningún momento. Siempre sonrientes y sin perder el sentido del humor pese a las circunstancias y los malos momentos. Tras el fallecimiento de su hijo, ambos están destrozados por la pérdida.