Naked dress,el vestido que desnuda a las más osadas

La moda de llevar vestidos de noche transparentes arrasa en galas y televisiones

Jennifer López, Katy Perry, Beyoncé y Kim Kardashian ABC

MARÍA LUISA FUNES

Si menos es más, Cristina Pedroche iba servida durante la noche de Fin de Año . El asunto de su exiguo vestido está lejos de haberse convertido en una verdadera polémica nacional -tal y como ella pretende-, ya que este tipo de prenda se usa en Hollywood desde hace más de medio siglo como ahora veremos. Pero el naked dress -o vestido desnudo en inglés- se ha convertido en una tendencia entre las estrellas más famosas del globo, siempre en liza por acaparar portadas. Como siempre en España hemos llegado tarde y copiando ; claro que para estos disfraces de vede-tte no hay porque darse prisa.

La precursora de la moda del naked dress fue Marilyn Monroe . Ella también fue pionera en temas de cirugía estética, ortodoncia, moda, maquillaje e incluso postizos y rellenos, según se ha sabido recientemente en unas revelaciones sobre su autopsia. Marilyn cantó el atrevido «Happy Birthday Mr. President» a un John Kennedy de 45 años que veía cómo su relación con la diva quedaba en evidencia ante 15.000 personas en el Madison Square Garden y ante las televisiones de todo el mundo.

Aquel día, Monroe lucía un ligero vestido, casi transparente, extremadamente ceñido al cuerpo, cargado de 2.500 pequeños cristales. En realidad no era un vestido transparente, aunque lo parecía, sino un vestido en malla del color de su piel. La prenda era tan ajustada que Marilyn no utilizó ropa interior para que no se le marcara; incluso se cuenta que se lo abrocharon cosiéndolo por detrás una vez puesto. El creador de tan revolucionaria pieza fue Jean-Louis Berthault, un francés que hizo carrera en Hollywood, responsable del inolvidable guardarropa de Rita Hayworth en «Gilda» o de los vestuarios de Marlène Dietrich y Lana Turner.

Tres meses después de llevar el rompedor vestido-joya al cumpleaños de JFK, Marilyn aparecía muerta en su casa de Los Ángeles en circunstancias extrañas. El vestido pasó a la historia como un símbolo de la osadía y la sofisticación. En 1999 se vendió por más de un millón de euros en una subasta de Nueva York.

La siguiente «osada» en aparecer ante el público prácticamente desnuda fue la cantante y actriz Cher , que estrenaba cirugía estética y peinado al recibir su Oscar en 1988. El revelador vestido negro mostraba la cintura y las piernas de Cher. Fue obra de Bob Mackie y nada tenía que ver con la recatada ropa que la actriz lucía en el filme por el que fue premiada, «Hechizo de luna». Mackie vistió durante 50 años a algunas de las señoras más importantes de la meca del cine y de la música, desde Barbra Streisand a Whitney Houston, Tina Turner o Madonna, siempre con prendas exageradas y transparentes.

Diseño de Kate Moss

Kate Moss hizo su entrada estelar en la fiesta anual de Elite Models en 1993 luciendo un vestido recto translúcido que más bien parecía un envoltorio de filme transparente de cocina. Jennifer Lopez se lanzó a la alfombra roja de los Grammy en el año 2000 con un vestido de escote hasta la cintura que dejaba pocas secciones de su anatomía por intuir. Hay que decir, no obstante, que el modelo era un espectacular vestido de Versace con dibujos y corte absolutamente actuales.

Tom Ford replicó para Gucci el famoso vestido de Marilyn en versión más prudente, cediendo su uso a una despampanante Charlize Theron para la alfombra roja de los Oscar de Hollywood en 2004. Katy Perry, cero glamour comparada con las demás, apareció con un nada favorecedor conjunto en los MTV Video Awards de 2010: la falda blanca recordaba al vestido de cisne de Björk, mientras que el top negro asimétrico era una pura transparencia. Incluso la púdica Gwyneth Paltrow mostró su derrière con un revelador modelo de Antonio Berardi el día del estreno de «Iron Man 3» en Los Ángeles.

Rihanna, antes muerta que sencilla, nunca se queda atrás en cuanto a llamar la atención se refiere. Escogió para el los premios de la CFDA de julio de 2014 un vestido que replicaba el de Marilyn en 1962, pero -ahora sí- completamente transparente. Irina Shayk pescó novio en los Oscar del año pasado con un modelo negro que desvelaba la mitad de su cuerpo.

Pero la verdadera lucha de titanes llegó en mayo de 2015, durante la gala del MET en Nueva York, cuando Kim Kardashian y Beyoncé aparecieron con sendos naked dress. Como de costumbre, ganó la partida Beyoncé. Y Cristina Pedroche, para dar el golpe, decidió evocar el vestido de la reina de ébano, Beyoncé, nombrada por la revista «TIME» la persona más influyente del mundo. Y es que para copiar, también hay que tener buen ojo.

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