Un misterioso secuestro recrudece la guerra de los Estérhazy
El control de una fortuna de 800 millones de euros mantiene en vilo al clan más poderoso de Austria

La policía de Viena pidió ayuda a los ciudadanos para tratar de esclarecer un extraño secuestro, el martes de la semana pasada: el de una anciana de 87 años mientras paseaba con su cuidadora por una calle céntrica de Eisenstadt, a las tres y media de la tarde. Dos lujosos coches negros frenaron repentinamente junto a la pareja. De ellos descendieron un hombre y una mujer que «apartaron a golpes» a la cuidadora e introdujeron a la anciana a la fuerza en uno de los vehículos, llevándola a un paradero desconocido. La policía pedía pistas sobre la identidad de la víctima del aparente secuestro, o sobre su paradero, y cualquier ayuda para interpretar estos hechos, denunciados por viandantes. Pero los anuncios de petición de ayuda desaparecieron de la página web de la policía unas horas después y la prensa local tardó poco más en informar que la anciana no era otra que Magdolna Theresia Ottrubay , cuñada de la última condesa de Estérhazy y madre del ejecutivo suizo Stefan Ottrubay , jefe del grupo y la fundación de los condes de Estérhazy, que gestiona un patrimonio de cientos de millones de euros.

Durante tres días, el caso mantuvo en vilo a la ciudad. El ministro del Interior austriaco, Herbert Kickl , confirmó el incidente a la emisora pública ORF y explicó que se había iniciado una investigación a escala internacional. También expresó ciertas dudas sobre la posibilidad de que se tratase de un «secuestro clásico», sin dar más detalles. Pronto comenzó a circular entre los medios vieneses una versión según la cual podía tratarse de un enfrentamiento interno familiar, con el trasfondo de la reciente mudanza de Magdolna Theresia Ottrubay a Eisenstadt, en contra del deseo del resto de la familia.
Aparecida en el Tirol
La anciana apareció finalmente en la casa de su hija en el Tirol, donde recibió a la policía para declarar que había subido «voluntariamente» al vehículo y que había sido conducida «por su propia voluntad» hasta Kitzbühel, uno de los centros de esquí más exclusivos del país alpino. Tupidos rumores acerca de un rescate pagado a los secuestradores compiten con la teoría de la maniobra familiar para controlar a una firma clave para los intereses de la familia.
El grupo Estérhazy gestiona latifundios, diversos proyectos hoteleros e inmobiliarios y viñedos, y organiza eventos culturales en Burgenland. El castillo de los Estérhazy se encuentra en Eisenstadt y sigue siendo propiedad de la familia. Según la prensa austriaca, las actividades del grupo facturaron en 2017 unos 53 millones de euros, con 4,1 millones de euros de beneficios, mientras que la fundación financiera administra un patrimonio de unos 800 millones de euros. Para terminar de completar el cuadro, la familia Estérhazy ha denunciado públicamente que la anciana sigue -de manera figurada- «secuestrada».

Bajo control
Paul-Anton Estérhazy , de 32 años y representante de los intereses públicos de la familia, ha declarado que «lo que ha pasado no es nada nuevo ni nos ha causado ninguna sorpresa». «Desde que el señor Otturbay se hizo con la dirección de la fundación, hace ya 18 años, hemos asistido a muchas escenas de este tipo. Mantiene el control sobre la fortuna Estehazy, aislando a los miembros más ancianos», ha explicado, en referencia a su tía.
Paul-Anton confiesa que esperaba suceder en la dirección a su tío abuelo Paul , el príncipe Estérhazy; pero cuando la ya fallecida condesa le expresó su deseo de que fuera Otturbay quien se pusiera al frente de la mayor fortuna privada de Austria, asegura que no presentó resistencia y se dedicó a sus negocios de inversión. «El señor Otturbay ha creado una compleja red de fundaciones con unas 50 compañías operativas que también hacen negocios entre sí. Ha eliminado el consejo familiar y está claro que hay ganancias, pero no sabemos a qué coste para el patrimonio», denuncia en nombre del poderoso clan, que durante el Imperio Austro-Húngaro fue uno de las más influyentes.