Miguel Bosé, sin vacuna contra la conspiranoia
El cantante pasa el verano en Madrid, mientras sigue cuestionando el origen y los remedios contra la pandemia mundial
«Pero Miguel, ¿cómo puedes defender esas teorías sin fundamento ? Qué decepción». Así son las críticas más amables que se pueden ver en las redes sociales, tras la retahíla de mensajes conspiranoicos que Miguel Bosé (64 años) ha derramado desde que empezó la pandemia del coronavirus. Porque los hay más duros: «Cállate ya, subnormal. Que hay gente que te lee y se cree esas paridas».
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Después de proclamar que Bill Gates está detrás de esta crisis sanitaria y que persigue objetivos totalitarios, su (pen)última ocurrencia tuitera ha sido publicar un gráfico que supuestamente relaciona las personas vacunadas de la gripe y los fallecidos por coronavirus en diferentes países, y que demostraría que a más vacunaciones, más muertes por el nuevo virus. El mensaje que acompaña al gráfico, que originalmente publicó Carmen Zuleta de Merchán, una magistrada venezolana, es tan contundente como disparatado: «¡Nos quieren matar!».
Objetivo de las redes
Cientos, miles de personas, fans y no fans, han expresado su decepción por esta deriva paranoide y contraria a la ciencia, sobre todo por su capacidad de influencia pública. No es la primera vez que se convierte en objetivo de críticas en las redes: el año pasado, cuando agradeció a Amancio Ortega sus donaciones para recursos sanitarios, muchos le reprocharon que estaba en la lista de morosos de Hacienda por una deuda de 1,8 millones de euros con las arcas públicas. Meses después salió de la dichosa clasificación, pero eso no significa que hubiera saldado por completo su deuda, sino que, en el caso de tenerla, sería inferior a un millón de euros, que es la cantidad a partir de la cual se configura este listado. En cualquier caso, aquel episodio defraudó a muchos seguidores que le veían como un defensor de lo público.
El origen de la controversia que ahora tiene a Bosé en el candelero es muy distinto, pero quizá más preocupante . Ya empiezan a surgir dudas sobre su estado mental, y en cuanto al físico, tampoco es que esté en su mejor momento. En las últimas fotos que se le han hecho aparece con algunos kilos de más, cosa que han aprovechado otro tipo de críticos, los haters, para hacer sangre: «Miguel Bosé se ha comido el 5G, a Soros, los ‘‘microchis’’, y a Bill Gates de una sentada», dice uno de los mensajes más retuiteados.
Lo verdaderamente llamativo de estas últimas fotos de Bosé no es que muestren una barriga más o menos grande, ni tampoco que en algunas lleve la mascarilla que dice repudiar, sino que están hechas en Madrid. Los últimos meses los ha pasado en su residencia en México, y tras el funeral en recuerdo de su madre, Lucía Bosé, celebrado el pasado 24 de julio en la casa familiar de Somosaguas, muchos pensaban que se apresuraría a volver a cruzar el oceáno para huir del país gobernado por «peleles de Soros y Gates», como él mismo aventuró en otro tuit. Parece haberse quedado para que sus hijos se reencontraran, ya que él vive con dos de ellos, Tadeo y Diego , mientras que los otros dos, Ivo y Telmo , residen junto a su ex, Nacho Palau , en Valencia, mientras la Justicia toma una decisión definitiva sobre su custodia.
Por la custodia
Puede que ahí esté otra de las razones por las que Bosé sigue en España. El juicio iba a tener lugar en marzo, pero el estallido de la pandemia lo aplazó sin poner una nueva cita en el calendario. Hace sólo unos días, Palau aseguró que ya hay «fecha nueva» para encontrarse en los tribunales. Así que Bosé quizá esté dejando atados varios cabos con sus abogados antes de volver a su refugio mexicano y continuar con su cruzada contra la sensatez.