Ana Mayrata, madre de Joan Mir: «Durante años fui la mayor ‘‘enemiga’’ de mi hijo»
Sobre su hijo explica que «es muy currante, muy metódico, muy disciplinado. Quizás esto es lo que ha marcado la diferencia y haya llevado a Joan a la cima»
Con permiso de Dolores Aveiro , madre de Cristiano Ronaldo , no es frecuente que la personalidad y el día a día de quienes trajeron al mundo a los grandes deportistas compartan titulares junto a sus retoños. Pero precisamente esto es lo que, desde hace una semana, le está sucediendo a la mallorquina Ana Mayrata , madre de un prodigio del motociclismo llamado Joan Mir (23), flamante campeón del mundo de MotoGP. De la noche a la mañana, ha visto cómo su nombre está en boca de muchos y cómo sus seguidores en Instagram se han multiplicado, entre alabanzas a su belleza y juventud. «Tuve a mi hijo con 21 años y eso puede llamar la atención porque no sea una madre al uso, de todas formas yo llevo una vida súper normal y siento un poco de vergüenza y pudor por este tema. Es algo que no me gustaría alimentar», asegura en conversación telefónica con ABC. El joven piloto, a propósito de los comentarios del estilo de «poco se está hablando de la madre del campeón de MotoGP. ¡Muy poco!», declaraba a los medios con desarmante humildad que «toda mi vida he tenido este problema. Mis amigos siempre con las bromas. Yo esperaba que con los años cambiara un poco, pero no. Creo que es algo bueno que mi madre sea guapa. Ella lo lleva bien, yo lo llevo bien. No pasa nada». «Él se muere de la risa, es como un chiste», comenta a ABC la propia Mayrata.
Asistente de producción, estilista de programas de televisión y de life style para hoteles, ejerce también como profesora de yoga. Ha participado en numerosas campañas publicitarias -incluso fue la responsable del estilismo de su paisano Rafa Nadal durante el rodaje de un anuncio de la Nadal Academy-, pero ante todo se muestra madre orgullosa.
Sobre su hijo explica que «es muy currante, muy metódico, muy disciplinado. Quizás esto es lo que ha marcado la diferencia y haya llevado a Joan a la cima». ¿Y cómo maneja la tensión cuando compite Joan? «No puedo ver las carreras en directo. Siento algo muy fuerte que no puedo controlar. Prefiero verlas después». Confiesa que incluso tiene un ritual de relajación: «Practico yoga a diario, así que mientras está corriendo alargo la práctica un poco más. Ante esos momento también me preparo mucho con la meditación. Intento que no me desborde el miedo». Pero no desconecta del todo, «por si acaso»: «Todos mis hermanos ven la carrera y me van pasando la información». Solo se ha permitido una excepción a esta regla, el día en la que Joan Mir se coronó con el Mundial en el circuito Ricardo Tormo de Cheste (Valencia), el 15 de noviembre. Ana agunató los nervios en el paddock.
Madre e hijo mantienen una estupenda relación, aunque no siempre ha sido así. «Durante años fui su mayor ‘‘enemiga’’ porque quería que estudiara para tener un plan B por si no destacaba -confiesa-. Joan tenía cero interés por los estudios, me decía que los estudios le quitaban las ganas de vivir. Su padre le daba lo que quería. Ahí tuvimos una brecha importante». A pesar de todo, asegura que a día de hoy entre ella y su exmarido existe «una relación cordial. Nos separamos hace muchos años. Lo cierto es que casi nunca coincidimos, porque yo a los circuitos no suelo ir».
Además de Joan, Ana Mayrata es madre de otro hijo llamado Mauro , fruto de un matrimonio posterior. «Mauro ve en su hermano Joan su gran ejemplo, a pesar de que él en lo que destaca es en motocross. Mis hijos jamás se han sentado a leer un cuento o hacer un puzle. Siempre han sido súper inquietos».
Pareja de deportistas
Joan Mir mantiene desde hace tres años una relación con la gimnasta Alejandra López , dos años mayor que él. «Ella es una pieza clave en la estabilidad emocional de Joan. Él es muy casero, no le gusta la noche, salir, socializar... Y encontrar alguien coincidente con esto le aporta y le ayuda», asegura Mayrata. Joan y Alejadra se conocieron en Mallorca y actualmente viven juntos en Andorra. «Cuando se independizó y se instaló en un piso muy cerca de mi casa, lo llevé mal. Pero en Andorra ha hecho su vida y está feliz. Tiene un montón circuitos para entrenar y muchos recursos que aquí, en Mallorca, no alcanzaba».
