La «madame» de Jeffrey Epstein se declara no culpable de tráfico sexual de menores

Ghislaine Maxwell compareció este martes en el juzgado de Manhattan por videoconferencia

Ghislaine Maxwell junto a Jeffrey Epstein Patrick McMullan
Ivannia Salazar

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Ghislaine Maxwell , la socialite británica que fuera pareja y socia del delincuente sexual Jeffrey Epstein , se declaró «no culpable» de los cargos de tráfico sexual que se le imputan durante una audiencia por videoconferencia con un juzgado de Manhattan. Maxwell fue capturada por el FBI el 2 de julio en una vivienda de New Hampshire, Estados Unidos, donde se encontraba escondida tras pasar casi un año en paradero desconocido. Desde entonces se encuentra en prisión en el Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn, Nueva York, a la espera de juicio, que ya tiene fecha de inicio: el 12 de julio del próximo año. Maxwell se enfrenta a una condena de hasta 35 años de prisión por haber reclutado a decenas de mujeres jóvenes, algunas adolescentes de tan solo 14 años, para que el magnate las violara o abusara sexualmente de ellas en sus mansiones de Nueva York y Florida, así como en su isla privada en el Caribe.

La acusación, que calcula que el juicio podría durar «no más de dos semanas» afirmó durante la audiencia que Epstein no habría podido cometer sus crímenes sin la «colaboración necesaria» de Maxwell. La fiscal Alison Moe consideró que «ella estaba a cargo, ella lo incitó» (refiriéndose al multimillonario) y añadió que teme que la acusada intente huir si se le concede la libertad bajo fianza de cinco millones de dólares (unos 4,4 millones de euros) que han solicitado sus abogados defensores, con la excusa de que sufre un «riesgo extremo» de ser contagiada de Covid-19 en prisión.

Alto riesgo de fuga

Moe recalcó que el riesgo de fuga es «extremadamente elevado» y advirtió, como hizo tras la detención, que «Maxwell tiene tres pasaportes, grandes cantidades de dinero, amplias conexiones internacionales y absolutamente ninguna razón para quedarse en Estados Unidos y afrontar la posibilidad de una larga sentencia». A esto se suma que uno de los pasaportes de Maxwell es francés, y Francia no tiene tratado de extradición con Estados Unidos, por lo que pidió que continúe tras las rejas. Sus abogados defensores, sin embargo, pidieron la libertad asegurando que Maxwell permanecerá confinada en un hotel de lujo de la Gran Manzana pagado por ella y que está dispuesta a ser controlada mediante una pulsera electrónica; y recalcaron que su cliente «no es Jeffrey Epstein» y que ha sido retratada injustamente como «villana» en los medios de comunicación.

En un intento por definir el perfil de la que ejerciera de «madame» de Epstein, la acusación también añadió que el día de su detención estaba siendo protegida por un equipo de seguridad formado por exmiembros del Ejército británico. «Cuando los agentes se acercaron a la puerta principal de la casa, se anunciaron como agentes del FBI y ordenaron a la acusada que abriera la puerta. A través de una ventana, la vieron huir a otra habitación de la casa, cerrando rápidamente una puerta detrás de ella», aseveraron, y agregaron que «los agentes finalmente se vieron obligados a romper la puerta para ingresar a la casa y arrestar a la acusada». Además, los agentes encontraron un «teléfono envuelto en papel de aluminio», en lo que consideraron un «esfuerzo aparentemente equivocado para evadir la detección» por parte de la Policía.

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