El llanto amargo de Jesulín de Ubrique en su primera entrevista tras la muerte de su padre
A principios del pasado mes de agosto, Humberto Janeiro falleció en Jerez de la Frontera (Cádiz), a los 76 años debido a su delicado estado de salud
A principios del pasado mes de agosto, Humberto Janeiro falleció en Jerez de la Frontera (Cádiz), a los 76 años debido a su delicado estado de salud.
Esta semana, su hijo Jesulín de Ubrique (46) ha concedido su primera entrevista tras la muerte de su padre y ha sido con Toñi Moreno en el programa de «Un año de tu vida» (Canal Sur) que se emitirá el próximo lunes pero que la presentadora ha ofrecido un pequeño avance a través de su perfil en redes sociales.
En ella, se puede ver al torero que no puede evitar emocionarse y rompe a llorar al recordar a su progenitor: «Le dije a mi padre que si quería que fuese torero , me dijo que sí y le pedí entonces que no vendiese el campo», dijo entre lágrimas.
Durante la entrevista, el diestro habla también de los problemas que ha tenido que superar en sus 18 años de matrimonio junto a su mujer, María José Campanario : «Hemos tenido nuestras diferencias. Nos han puesto muchas trabas en el camino pero aquí estamos con dos cojones», confesó firme pero muy emocionado.
Otro de los temas que trata junto a Toñi Moreno fue su pequeña incursión en el mundo de la canción: «Me senté con los productores y dije que se acabó el cante para mí. Aquello me costó 70 u 80 millones que tuve que pagar de mi bolsillo, ya que tenía cerradas galas para todo el invierno», dijo en tono burlesco.
La muerte del patriarca de los Janeiro
Humberto Janeiro fue el hombre que durante años manejó los destinos de una familia a la que el mundo del toro encumbró a categoría de celebridades del famoseo nacional.
Al menos, fue la cabeza visible del clan hasta que, en 2003, Carmen Bazán , su exmujer y madre de Humberto , Jesús, Carmen y Víctor , le pidió el divorcio y fue expulsado de Ambiciones, la finca familiar por la que su hijo Jesulín, en 1990, había desembolsado 75 millones de las antiguas pesetas para asentar a toda la familia. En aquellas 300 hectáreas, con mansión de 2.000 metros cuadrados con 10 habitaciones, plaza de toros, capilla y ganadería propia, los Janeiro presentaron al mundo al tigre «Currupipi», sobrevivieron al tormentoso paso de una Belén Esteban ninguneada y que supo tomarse su venganza y, también, recibieron a María José Campanario, junto a quien el Jesulín encontró la estabilidad sentimental.
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