Fundación Casa Medina Sidonia
Liliane Dalmann: «Va a ser difícil abrir al público el Palacio de los Guzmán»
La presidenta del patronato de la Fundación Casa Medina Sidonia se dedica desde hace años a la conservación del patrimonio de esta institución, que cuenta con el Palacio de los Guzmán de Sanlúcar de Barrameda y con un archivo histórico valorado en más de 28 millones de euros
«Aquí estamos conservando una joya histórica y la situación para nosotros es y será muy complicada. Hoy tengo un mal día, porque veo los números de la cuenta corriente en rojo y es preocupante», lamenta Liliane Dalmann, presidenta del patronato de la Fundación Casa Medina Sidonia . Dalmann -viuda de Luisa Isabel Álvarez de Toledo- se dedica desde hace años a la conservación del patrimonio de esta institución, que cuenta con el Palacio de los Guzmán de Sanlúcar de Barrameda y con un archivo histórico valorado en más de 28 millones de euros. La principal fuente de ingresos con la que cuenta la Fundación para mantener el patrimonio son la cafetería y la hospedería. «La pandemia nos ha cogido de lleno y la remontada va a ser muy difícil», asegura. Calcula «por lo bajo» unas pérdidas de 70.000 euros hasta que llegue la «nueva normalidad» a finales de junio.
El archivo, según las indicaciones de la Junta de Andalucía, lo podrán abrir el lunes, pero solo para trabajar de forma interna en la digitalización de documentos , «no para la visita por parte de investigadores que vienen de todo el mundo ni para el público». Para abrir la cafetería y la hospedería, tendrán que esperar. «Dicen que podemos abrir con una capacidad del 30 por ciento, que en nuestro caso no sería rentable. La hospedería tiene nueve habitaciones, por lo que solo podríamos abrir dos. Con la cafetería pasa igual», explica. Lo mismo ocurre con las visitas al palacio: «Hasta que no acaben las fases no se va a abrir. Ahora además hay que hacer una inversión en arcos de desinfección, cámaras de medición de temperatura… Estamos hablando de 15.000 euros para empezar. Desde la Fundación no contamos con esos recursos. A no ser que los patronos institucionales nos echen una mano, va a ser muy difícil reabrir».
De 14 empleados, se ha hecho un ERTE para los tres de la cafetería y la hospedería. «Lo que espero es que el día que se abran, aunque solo sea por solidaridad, la gente venga sea a tomarse un café y un trocito de tarta», concluye.
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