Una lujosa pedida de matrimonio. Velas romanas ardiendo y una orquesta de 50 instrumentos fueron el escenario perfecto para entregar a la socialité un anillo de diamantes de 15 quilates. A la antigua usanza, el rapero se hincó de rodillas en el césped del estadio de béisbol de los Gigantes de San Francisco para pedirle a su novia que se casara con él: «Sólo quería saber si querrías casarte conmigo», dijo el rapero ante cientos de personas. Kim, completamente emocionada, se llevó las manos a la cara en un gesto de sorpresa y sólo pudo emitir un tímido «por supuesto». Boda. La boda se celebró el 24 de mayo de 2014 en el castillo Forte Beleveder de Florencia, hasta dónde volaron ellos, su familia y los invitados desde París Vestido de novia. Fue un diseño customizado de Alta Costura de Riccardo Tisci para Givenchy hecho de encaje y transparencias, manga larga y velo hasta el suelo. Ceremonia multimillonaria. Su boda costó casi diez millones de euros, de los que se desglosan unos 410.000 por el alquiler del Forte di Belvedere. En cada uno de los asistentes, la pareja gastó 60.000 euros en un servicio que incluía el alojamiento, peluquería y maquillaje. La tarta era una torre de siete pisos hecha de vainilla y moras decorada con pan de oro (6.800 euros) y la pareja se invirtió la friolera de 136.000 euros en rosas blancas. La pareja también contrató al tenor italiano Andrea Bocelli para que amenizara la velada North West. La primera hija de la pareja nació en junio de 2013, poco menos de un año antes de casarse. La pequeña nació tres semanas antes de la fecha programada. Kim Kardashian gastó 250.000 euros en ropa de bebé de Dior, Chanel o Versace mientras la niña estaba aún en su barriga Un retrato de Kim desnuda. Pocos meses antes de casarse, el cantante le regaló a su esposa con un retrato de ella desnuda. Kim aparece en la pintura vistiendo tan solo un minúsculo tanga y unos zapatos Louboutin con tacón alto. El retrato fue realizado por el artista urbano Bambi y se llama «The Perfect Bitch». El agente de Bambi, Leonard Villa, aseguró a «The Mirror» que West pidió «algo real pero típicamente Kim», y confesó que el rapero tenía la intención de colgar el cuadro en la habitación de la pareja Noviazgo. West siempre se ha mostrado como un novio detallista y romántico. El primer año que la celebritie celebró el día de la madre, el cantante le obsequió con una pared de rosas y peonías blancas. Ese mismo año, el día de los enamorados fueron mil rosas las que invadieron la casa del matrimonio. Pero el presente más especial, y costoso, fue el anillo de pedida. Un espectacular diamante por el que West desembolsó entre tres y seis millones de dólares Terceras nupcias. Para Kim, su compromiso con West no fue el primero. Su primer matrimonio fue con el productor musical Dean Thomas, con quien se casó cuando tenía 19 años. La relación no duró y la pareja se divorció después de tres años. También estuvo casada con Kris Humphries. El enlace –que costó 4 millones de dólares– acabó en ruptura sólo 72 días después y en subasta del anillo de compromiso que el novio regaló a Kim. Se trataba de una joya con un diamante de 16 kilates al que le escoltaban otros dos de 1.2 kilates por la que Humphries pagó 2 millones de euros Navidades. En 2017, Kanye West le regaló a Kim Kardashian más de 100.000 dólares en acciones de Amazon, Netflix, Apple, Adidas y Netflix por Navidad. «Este ha sido el regalo de Navidad de Kanye: en la primera caja había un peluche de Mickey Mouse, unos auriculares de Apple, tarjetas de regalo en Netflix y Amazon y unos calcetines de Adidas», explicaba Kardashian en la red social. «Pero cuando abrí la segunda caja me encontré acciones en Amazon, Netflix, Appel, Adidas y Disney». Una forma de que lo invertido volviese a la cuenta bancaria de la pareja Saint West. El segundo hijo de la pareja nació en diciembre de 2015 y, como ya hicieran con su hija North, eligieran un nombre ‘sui géneris’ para su nuevo bebé Polémicas. Son muchas las ocasiones en las que el matrimonio ha generado polémicas. Una de las más señaladas fue en noviembre de 2018, cuando Kim Kardashian y Kanye West publicaron un vídeo donde aparecían subiendo a un avión Boeing 747 privado.Hasta aquí todo normal si no fuera porque en dicho avión podrían haber cabido cerca de 600 pasajeros y ellos lo alquilaron para su total intimidad en la compañía Atlantic Aviation Excéntricos regalos. En las Navidades de 2018, Kanye West compró a su mujer un condominio valorado en 14 millones de dólares (12,2 millones de euros). El magnífico apartamento se encuentra en Faena House, el complejo hotelero que el excéntrico multimillonario Alan Faena levantó en 2015 en el corazón de Miami Beach. Se trata de un exclusivo apartamento de 715 metros cuadrados de superficie, con cuatro dormitorios, cinco baños y lujosas comodidades como gimnasio privado, spa (el ya célebre Tierra Santa Healing House), piscina, conserje y estacionamiento subterráneo. También dispone de los restaurantes Los Fuegos, del chef Francis Mallmann; y Pao, de Paul Qui. Cumpleaños. Con motivo de su 39 cumpleaños, el rapero le hizo un generoso regalo. «Recibí regalos increíbles de toda mi familia y de Kanye, bolsos increíbles. Pero él también donó en mi nombre un millón de dólares a mis organizaciones benéficas favoritas, que trabajan muy duro para lograr la reforma del código penal, de su parte y de los niños. ¡Esto hace que mi corazón esté feliz!», escribió en su perfil de Instagram junto a una foto del certificado que así lo acreditaba Familia numerosa. Los dos últimos hijos (Psalm y Chicago) los tuvieron a través de un vientre de alquiler. La pareja decidió utilizar este método después de que los médicos advirtiesen a Kardashian de los riesgos que corría su salud si se quedaba de nuevo embarazada Lejos del Covid. Kim alquiló un avión en el que trasladó a sus 30 amigos y familiares más allegados a una isla privada que había alquilado para festejar su cumpleaños. «Antes del Covid, no creo que ninguno de nosotros apreciara realmente el simple lujo que era poder viajar y estar junto a familiares y amigos en un entorno seguro. Después de 2 semanas de múltiples exámenes de salud y pedir a todos que se pusieran en cuarentena, sorprendí a mi círculo íntimo más cercano con un viaje a una isla privada donde podíamos fingir que las cosas eran normales solo por un breve momento»