José Mourinho se atrinchera en casa ante la guerra judicial de la médico del Chelsea
Esta semana, la doctora Eva Carneiro ha declarado contra él por «discriminación sexual»
![José Mourinho tiene en su familia su gran apoyo](https://s1.abcstatics.com/media/estilo/2016/01/10/jose-mourinho-chelsea--620x349.jpg)
El pasado miércoles, festividad de Reyes en España, la mujer que posiblemente más quebraderos de cabeza esté causando a José Mourinho entraba en los Juzgados de Trabajo de Crydon, al sur de Londres, para testificar en una vista preliminar contra el polémico entrenador portugués. En medio de una nube de fotógrafos y bien aferrada del brazo de su flamante marido, el financiero Jason De Carteret , la doctora Eva Carneiro se dirigía a declarar ante el juez competente en su demanda interpuesta contra el Chelsea (club de fútbol londinense en manos del magnate ruso Román Abramóvich), y contra el propio Mourinho, por «despido improcedente y discriminación sexual». Carneiro se presentó en la corte arropada por un equipo de abogados del prestigioso bufete QC Mary O’Rourke . En los próximos meses, está previsto que José Mourinho declare ante el juez.
Hace un mes, Abramovich ponía en la calle a Mourinho ante la sucesión de pésimos resultados del Chelsea, equipo en el que ha militado en dos etapas: de 2004 a 2007 y de 2013 a 2015 . Lo que parece claro es que el descenso a los infiernos de Mou en el club londinense comenzó el pasado mes de agosto , cuando apartó de sus funciones a Carneiro, por aquel entonces médico del equipo , después de que esta entrara al terreno de juego para atender a Eden Hazard sin el visto bueno del míster. Se disputaban los últimos minutos del encuentro entre el Chelsea y Swansea, que acabó en empate (2-2). La doctora abandonaba el club en septiembre en medio de una tremenda polémica .
Ahora, mientras Eva Carneiro busca resarcirse en los tribunales, José Mourinho se refugia al calor del hogar que creó en 1989, cuando llevó al altar a su novia de toda la vida, Matilde Faria.
Calle con calle
José y Matilde se conocieron en Setúbal , localidad portuguesa situada a 48 kilómetros al sur de Lisboa, donde nació el exentrenador del Oporto, Chelsea, Inter de Milán y Real Madrid . Comenzaron a salir cuando eran dos adolescentes que vivían calle con calle . Desde entonces, Matilde siempre ha permanecido a su lado. La última escapada juntos tuvo lugar la pasada Navidad, cuando viajaron a Brasil para relajarse bajo el sol de Pernambuco .
En cada club que ha militado, Mou siempre ha ejercido como jefe supremo . Ni la carismática y aguerrida Carneiro le conmovió después de que estallara la guerra entre ambos. Sin embargo, tal y como el entrenador ha reconocido a la prensa británica, en su casa es Matilde quien lleva el bastón de mando . Y allí se ha refugiado hasta que pase el chaparrón mediático y judicial. «Ni siquiera soy el patrón de mi hogar», ha declarado el polémico técnico luso.
José y Matilde tienen dos hijos: Tita , la mayor, que tuvo una fugaz aventura amorosa con Niall Horan , del grupo One Direction; y José Mário , que se va rodando como portero de fútbol en las categorías juveniles del Fulham londinense, ahora en Segunda División. La veinteañera es aficionada a los escotes generosos , como evidenció en una entrega de premios en septiembre.
Aquel «hombre del año»
Cuando el Reino Unido se rindió a los pies de Mourinho en forma del galardón «Hombre del Año», a mediados de la década pasada, el jurado reconoció que es «un hombre devoto de su familia y de su trabajo» . Tanto es así que, desde hace casi tres años, luce tatuados en su brazo los nombres de su esposa y sus dos vástagos.
Don José y su fiel compañera no ocultan que les encanta ejercer de católicos practicantes. Incluso se han implicado en apoyar a diversas organizaciones caritativas en Portugal. El pacto no escrito entre ambos estipula que él no le habla a ella de los avatares futbolísticos y, a cambio, ella se compromete a mantener la sartén por el mango en la intimidad de su refugio. Ya lo dijo Mou en una ocasión: « El fútbol no forma parte de su mundo . Sólo me dice que procure entrenar en un club que me guste, estar en el lugar adecuado y trabajar con gente que me haga sentir bien. Si pierdo un partido importante, trato de volver a casa con mi mejor cara, aunque en ellos vea la tristeza. Lo sienten por mí, pero sé que al día siguiente todo se olvidará».
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