Isabel II y Felipe de Edimburgo celebran su 73 aniversario confinados en Windsor

El Gobierno de Reino Unido se ha visto obligado a realizar un segundo confinamiento debido al aumento de casos de coronavirus y, como en la anterior ocasión, la Reina Isabel II(94 años) y su marido, Felipe de Edimburgo (99) , no han sido una excepción y más aún cuando el matrimonio es población de riesgo.

Una situación que les ha obligado a permanecer en cuarentena y celebrar su 73 aniversario de boda confinados en el Castillo de Windsor.

A pesar de estar lejos de sus seres queridos, los monarcas han estado arropados gracias a las innumerables felicitaciones que han recibido por parte de la familia, amigos y simpatizantes. Entre todos los mensajes que han recibido, el más destacado ha sido la carta enviada por sus bisnientos con u n enorme 73 pintado pintado por el Príncipe Carlos (6), Princesa Charlotte (5) y Príncipe Louis (2), hijos del Príncipe Guillermo y Catalina de Cambridge . Un detalle familiar que muchos han como un gesto «tierno» y «adorable».

En el posado oficial de este año, los monarcas aparecen felices y relajados. Una fotografía en la que se resalta la vida tranquila y familiar, lejos del protocolo que les caracteriza como Familia Real. La imagen ha sido tomada por uno de los fotógrafos oficiales de la Casa Windsor, Chris Jackson , en el Oak Room (una de las principales salas de estar del Castillo de Windsor) donde aparecen las tarjetas de felicitación. Cabe destacar el broche de «Crisantemo de Zafiro» sobre el vestido azul celeste de la soberana: un broche que fue elegido por ella misma en 1946, cuando aún no había llegado al trono y un año antes de contraer matrimonio con el duque de Edimburgo. La pieza, cuyos zafiros y diamantes resaltaban sobre su hombro derecho, ha sido un recuerdo del otoño de 1947 cuando la pareja se dieron el «sí, quiero» en la abadía de Westminster en plena posguerra.

Un broche que ha marcado toda una vida y ha sido utilizado en grandes ocasiones significativas para la Familia Real británica, convirtiéndose de esa forma en una representación sentimental de la vida privada de Isabel II y Felipe de Edimburgo.

La imagen retrata una de las épocas más felices para el matrimonio. Es por ello que, desde entonces, cada 20 de noviembre y con la ayuda de los asesores de los Reyes, la pareja recrea la imagen de aquel año. Una imagen que causó sensación en los tabloides británicos, que les ensalzó como iconos de la realeza a nivel global dada la juventud y el afecto que transmitían. Además del icónico broche la Reina ha lucido un collar y pendientes de perlas dobles : accesorios que se identifican plenamente con el estilismo de la monarca.