El intento desesperado del marido de Ghislaine Maxwell por sacarla de prisión: ofrece 25 millones de euros

El marido de Ghislaine Maxwell , Scott Borgerson, está devastado con el encarcelamiento de su esposa por su supuesta implicación en las fechorías del pedófilo Jeffrey Epstein , encontrado muerto en su celda el pasado año a la espera del juicio. Tal es la tristeza del CEO y cofundador de la empresa tecnológica CargoMetrics Technologies que ha hecho un último intento desesperado por sacar a la «madama» del Centro de Detención Metropolitano de Brooklyn (Nueva York) en el que lleva desde el pasado 2 de agosto.

El empresario ha ofrecido 25 millones de euros para que su mujer pueda pasar las Navidades en casa, con los suyos. En el caso de que Maxwell huyese antes del juicio, aún sin fecha concreta, su marido perdería 20 millones de la fianza que pretende dejar como garantía y los otros cinco millones se esfumarían de los bolsillos de los hermanos de la socialité, pues son ellos quienes han puesto el montante faltante. Presumiblemente ese dinero pertenecería a parte de la fortuna que les dejó su padre al morir, el magnate de los periódicos británicos Robert Maxwell , que falleció misteriosamente en noviembre de 1991 al caer de su barco en Canarias.

Dicha propuesta será presentada en los próximos días ante la Corte Federal en Nueva York. Lo llamativo no es en sí el intento por sacarla de prisión, también que esté casada. Hasta ahora se deconocía que hubiese pasado por el altar, como así ha desvelado el Daily Telegraph. La pareja vivió durante un tiempo en una casa frente al mar de 2,4 millones de dólares en Massachusetts, y después se trasladaron a una lujosa propiedad de un millón de dólares en New Hampshire hasta que Maxwell fue detenida por la Policía en julio.

La socialité británica ha negado en todo momento cualquier implicación en el caso y ha asegurado que no era la encargada de captar a las menores menores para Jeffrey Epstein. Unas acusaciones muy graves por las que le podrían caer hasta 35 años de cárcel. No es de extrañar que con tales hechos a sus espaldas, esté pasando un momento muy difícil. Ha perdido mucho peso y la caída del pelo se hace ya notable.

Desde que entró en prisión, tanto sus familiares como su abogada, Bobbi Sternheim, han denunciado el trato injusto que ha recibido la socialité británica en el interior de la prisión, asegurando asegurado que la despiertan cada 15 minutos con una antorcha para registrarla con el fin de evitar que se suicide como Jeffrey Epstein. La versión de ellos es que tratan de enmascarar el fracaso de Epstein.

«Tuvo muchas oportunidades para huir, pero se quedó quieta. Sus abogados sabían dónde estaba, solo se escondió de la prensa sensacionalista que la perseguía. Ella nunca fue acusada de nada», asegura su letrada. Por si fuera poco, afirma que Maxwell ha estado más de 20 horas sin comer y que le han negado el acceso a programas educativos y de esparcimiento.