La conmovedora carta de Sara Carbonero en la lucha contra su enfermedad

Este esta siendo, sin duda, uno de los veranos más difíciles para la familia formada por Íker Casillas y Sara Carbonero . Mientras el guardameta se recupera poco a poco del infarto de miocardio que sufrió el pasado mes de mayo, la periodista se enfrenta con valentía a la lucha contra su enfermedad, un cáncer de ovarios.

En apenas unas semanas la vida del matrimonio dio un giro de 180 grados pero si por algo se han caracterizado ambos ha sido por la fortaleza y positivismo con el que se enfrentan a esta etapa. Así lo han mostrado en sus perfiles de redes sociales, donde Sara encuentra un pequeño lugar de desahogo en el que compartir sus reflexiones .

En esta última ocasión ha publicado un fotografía en la que aparece una rosa. Se trata de un regalo que su hijo Martín le llevó a la cama: «Cuando le he preguntado si se había hecho daño al cogerla me ha respondido que sí, que de hecho se había pinchado pero que merecía la pena por darme la sorpresa. Luego le hemos quitado las espinas y la hemos metido en un jarrón con agua». Cuando Sara le preguntó al pequeño que si le gustaba más así, él respondió que ya no parecía «una rosa de verdad».

«Y tenía toda la razón -añade la periodista-, porque la rosa no deja de ser bonita por tener espinas, ni las espinas dejan de hacer daño porque tengan rosas. Siempre hay algo de dolor en lo bello y mucho de belleza en la adversidad . Y en esas estamos, consiguiendo que los ratos buenos s uperen con creces los menos buenos ».

Y es que, a pesar de estar siendo una etapa complicada, asegura que esto le está sirviendo para disfrutar al máximo de «momentos muy intensos» que está «saboreando como nunca»: «De repente las cosas más cotidianas y banales del mundo han dejado de serlo para convertirse en instantes únicos y mágicos , muchos problemas se han ido de golpe. Siento a mi gente más cerca que nunca y me estoy riendo, creo que como jamás antes lo había hecho. Porque la vida es así, un cambio constante, un regalo precioso pero envenenado. Una rosa con espinas, como la que me ha traído esta mañana del parque Martín a la cama».