Las complicadas cinco horas de operación de Irene Villa con las que podría volver a andar
Tras un proceso muy doloroso, la periodista tuvo que someterse a tres operaciones para reparar el tornillo del fémur
La vida de Irene Villa no ha sido fácil. No solo por lo que todo el mundo sabe (las secuelas obvias del salvaje ataque de ETA que cambió radicalmente su vida a los 12 años), sino por lo que muchos desconocen. La periodista sufrió fuertes dolores y rozaduras ocasionados por las prótesis convencionales pero en su afán de superación, viajó a Suecia para someterse a una intervención quirúrgica puntera basada en la misma técnica de los implantes dentales, gracias a la cual la pierna ortopédica se acopla al hueso y permite más autonomía. Pero en el curso de ese complejo tratamiento contrajo una infección hospitalaria resistente que le causó muchos problemas durante años, jamás aireados ni por ella ni por su madre. Nunca se les ha visto un mal gesto ni una queja. «Cuando me quedé por primera vez a solas con mi madre, porque estábamos en hospitales diferentes, me dio la clave de mi vida: podíamos ser dos personas amargadas o mirar hacia delante », dijo durante un emotivo discurso el pasado mes de enero en el congreso Educando en Valores, con el objetivo de fomentar el esfuerzo, la solidaridad, el compañerismo y la responsabilidad.
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Esas prótesis de piernas le devolvieron el sueño de volver a caminar . Por primera vez pudo dejar atrás la silla de ruedas y hacer una vida medianamente normal. Sin embargo hace apenas un mes la periodista anunció a través de sus redes sociales que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente un día antes de realizar un viaje a Tailandia. «El tornillo del fémur, después casi 7 benditos años sin dar problemas, se rompió precisamente el día antes de cumplir este gran sueño de conocer ese apasionante país asiático. ¿Que eso me iba a parar? ¡¡Ni en broma!!», dijo entonces junto a una imagen en la que aparecía sin una de las prótesis y ayudándose por unas muletas .
Después de disfrutar «imparable» de su viaje, confesó que su paso por quirófano en un centro médico de Suecia no había sido tan exitoso como se esperaba. Tras un proceso muy doloroso , debería operarse de nuevo: «Bueno pues esta vez no ha podido ser… Como muchos sabéis soy de las personas que solamente ven la parte positiva y se enfocan en la mejor opción, y os aseguro que suele funcionar. Acabas atrayendo eso en lo que crees firmemente y pones tanta esperanza. Sin embargo esta vez, teniendo todas esas buenas energías que me mandáis, los médicos suecos no han encontrado la manera de solucionar el problema de mi tornillo oseointegrado. Una parte ha quedado soldada a la parte interna del fémur y han sido incapaces de despegarlo. Tendrán que fabricar unas herramientas nuevas para poder hacerlo, y volver a intentarlo hacia el 14 de mayo. Mientras tanto, antibióticos y paciencia. A usar silla de ruedas y muletas …», se lamentó en redes sociales.
Pero su positividad dio sus frutos e Irene Villa pudo anunciar feliz que la última operación de fémur a la que había sido sometida se desarrolló con éxito : «Emocionada os digo que sí, que según el médico esta vez un tornillo nuevo está perfectamente enroscado y sujeto. Cuando he despertado de la sedación, el Dr. Branemark ha empezado a moverlo con fuerza y ahí estaba ‘mi torni nuevo’ sin inmutarse, completamente fijo y sin infligirme dolor como llevaba haciéndolo más de un mes».