La influencer española que volvió a la enfermería por la crisis, contagiada por coronavirus
Madame de Rosa, como se hace llamar en sus redes sociales, volvía a ejercer la profesión hace menos de dos semanas ante la emergencia sanitaria
Sigue en directo toda la actualidad sobre el Covid-19
Hace apenas dos semanas decidió volver a ejercer la enfermería -tras años dedicándose al mundo de las redes sociales- ante la emergencia sanitaria provocada por coronavirus que azota nuestro país, pero Ángela Rozas Saiz (38 años), más conocida en redes sociales como Madame de Rosa, ha contraído la enfermedad, por lo que no podrá seguir ayudando en el Hospital Universitario La Paz de Madrid, donde había comenzado a trabajar.
Muy cansada, y entre lágrimas, ha querido sincerarse sobre la situación que atraviesa mediante sus redes sociales: «Hola a todos. Os hago este vídeo porque acabo de salir del hospital y he dado positivo por Covid-19. Es decir, tengo coronavirus. Estoy bien, aunque con fiebre, me cuesta respirar y con dolor de cabeza», cuenta.
Su mayor preocupación ahora es haberse llevado el virus a su casa, donde vive también su hijo Romeo : «Me siento psicológicamente un poco abatida porque no puedo evitar sentirme culpable, porque tengo la sensación de haber cometido alguna torpeza. Ya no podré ir a ayudar al hospital. Siento culpabilidad porque Romeo está con síntomas también. Siento que le he expuesto».
A pesar de todo, la empresaria ha querido terminar lanzando un mensaje esperanzador: «Lo único que quiero es recuperarme pronto. Estaré más desconectada, os iré contando qué tal estoy. Quiero recuperarme pronto para volver al hospital y ayudar . Un beso, os quiero». Y es que, su objetivo es volver a echar una mano en cuanto esté completamente recuperada.
Aplaudida decisión
Rozas consiguió ganarse el aplauso de su más de medio millón de seguidores en Instagram cuando anunció la noticia. En aquel momento, expresó a pesar de sus miedos, estar convencida de su decisión: «Al principio me daba miedo, el medio es humano. Me daba miedo sobre todo por mi familia, por exponerles», confiesa, al tiempo que reconoce que es lo que debía hacer: «También es egoísta por mi parte: sé que si no lo hago, no me voy a sentir bien y si lo hago, me voy a sentir mejor (...) Me sentía en la obligación moral de hacerlo ».
Noticias relacionadas