El infierno personal de J. K. Rowling: abusos domésticos y agresión sexual
La autora de la saga de Harry Potter desvela su dura historia tras ser criticada por su opinión sobre la transexualidad
La escocesa J. K. Rowling no solo es una escritora famosa en todo el mundo por ser la autora de la saga de Harry Potter , sino además una de las mayores fortunas de Reino Unido, pese a que gran parte de ella la destina a obras sociales y otra al pago de impuestos (en el año 2019 tributó la suma de 50 millones de libras, unos 55 millones de euros, lo que la sitúa en el puesto número 19 en el ranking de las personas que más pagan en su país, según el periódico «The Times»). Por si fuera poco, es muy querida entre la población, que además de admirar el universo de magia que creó, agradece su compromiso con las personas más necesitadas.
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Sin embargo, también está rodeada de polémica e incluso ha recibido amenazas de muerte por sus opiniones personales, de las que habla abiertamente en sus redes sociales, sobre todo en Twitter, donde en las últimas semanas se ha reactivado una verdadera tormenta por su posición con respecto a la transexualidad que ya la había obligado a retirarse de la plataforma en el pasado.
«Personas que menstrúan»
Tras ser acusada de transfóbica por criticar en un tweet un artículo en el que en lugar de hablarse de «mujeres» se hablaba de «personas que menstrúan», la autora publicó un extenso post en su página web en el que revela de forma detallada una parte de su historia personal, con el fin de explicar el porqué de su posición y su interés en que existan espacios diferenciados por sexo, por ejemplo en los baños públicos. «He estado en el ojo público por más de veinte años y nunca he hablado públicamente de que soy una sobreviviente de abuso doméstico y agresión sexual », explica Rowling, y añade que «no es porque me de vergüenza que eso me sucediera, sino porque son eventos traumáticos de recordar».
Además, asevera en el texto que «también me siento en una situación de protección con respecto a mi hija de mi primer matrimonio» ya que «no quería reclamar la propiedad exclusiva de una historia que también le pertenece». Sin embargo, explica que «hace poco tiempo le pregunté cómo se sentiría ella si yo fuera públicamente honesta sobre esa parte de mi vida y me animó a seguir adelante».
Matrimonio violento
En el artículo, la escritora afirma: «Mi vida ha sido moldeada por ser mujer. No creo que sea odioso decir eso», y agrega: «Menciono estas cosas ahora no en un intento de obtener simpatía, sino por solidaridad con la gran cantidad de mujeres que tienen historias como la mía, que han sido tratadas como fanáticas por tener preocupaciones en torno a los espacios de un solo sexo», continúa, y se sincera recordando un « asalto sexual que sufrí en mis veinte , en un momento y en un espacio donde yo era vulnerable, y un hombre aprovechó una oportunidad». Y asevera que aunque «me las arreglé para escapar de un primer matrimonio violento con cierta dificultad, ahora estoy casada con un hombre verdaderamente bueno y con principios, segura y protegida de una manera que ni en un millón de años esperaba», la realidad para ella es que «las cicatrices dejadas por la violencia y la agresión sexual no desaparecen, no importa cuán amado seas y no importa cuánto dinero hayas ganado».