La historia de superación del creador de las aspiradoras más famosas del mundo

La semana pasada, el gobierno británico solicitó un pedido de emergencia de 10.000 ventiladores -que facilitan la respiración a los pacientes graves de COVID-19 - a la compañía de las aspiradoras y secadores Dyson. La empresa ha tenido que fabricarlos a una velocidad vertiginosa para prepararse ante el inminente pico del brote de coronavirus que sufrirá el país en las próximas semanas.

La entrega y puesta en práctica del nuevo ventilador CoVent de Dyson podría comenzar a principios del próximo mes de abril. «El desafío principal era cómo diseñar y entregar un producto médico nuevo y sofisticado en un espacio de tiempo extremadamente corto», dijo el fundador de la compañía James Dyson ,considerado el Steve Jobs del Reino Unido. El gobierno británico acudió a él por su experiencia en la fabricación de sistemas de movimiento de aire y motores. «Un ventilador apoya al paciente que ya no puede mantener sus propias vías respiratorias , pero lamentablemente actualmente hay una escasez significativa, tanto en el Reino Unido como en otros países del mundo», aclaró Dayson. «Este nuevo dispositivo es seguro, eficaz, eficiente en la conservación de oxígeno, fácil de usar, montado en la cama, portátil y no necesita suministro de aire fijo» y aseguró que además de realizar el pedido de 10.000 ventiladores por parte del primer ministro británico Boris Johnson , él mismo donaría otros 5.000 que se repartirán por los hospitales del país a partir del próximo mes de abril.

El empresario multimillonario revolucionó el mercado de las aspiradoras en la década de 1990 y desde entonces ha construido purificadores de aire, secadores de manos y ventiladores desde su base en el suroeste de Inglaterra y plantas de fabricación en Malasia, Singapur y Filipinas. Desde ese momento, el empresario ha amasado una fortuna que según la revista «Bloomberg», superaría los 10 millones de dólares.

Sin embargo, hasta ese año la vida de James Dyson no fue del todo idílica. Su padre falleció a causa de un cáncer cuando tan solo tenía 9 años. A pesar de todo, el joven salió adelante y estudió diseño de muebles y años más tarde fabricó la famosa aspiradora sin bolsa casi por casualidad, pues buscaba una solución propia para su piso con moqueta. El empresario lleva 52 años casado con su mujer Deirdre Dayson. Ambos se conocieron cuando aún eran estudiantes y comenzaron su vida en común sobreviviendo a base de créditos para llegar a fin de mes. Incluso el empresario tuvo que trabajar de noche en una gasolinera mientras trabajaba en busca de la aspiradora perfecta -tal y como desveló su mujer hace unos años en una entrevista con «The Times», su marido llegó a crear hasta 5.000 prototipos antes de llegar a la definitiva -. Fruto de su matrimonio nacieron sus tres hijos.