La historia que esconde el icónico lunar de Cindy Crawford
Cuando comenzó su carrera como modelo, le aconsejaron que se quitara su seña de identidad más característica
![Cindy Crawford](https://s3.abcstatics.com/media/estilo/2020/04/14/cindy-crawford-2-kc2H--1248x698@abc.jpg)
Al igual que Claudia Schiffer no hubiese sido la misma sin su icónica melena rubia, tampoco hubiese sido nada Cindy Crawford (54 años) sin su particular y sexy lunar. Pero cuando empezó en el mundillo de la moda, no todos opinaban lo mismo sobre esta marca que terminó por convertirse en su seña de identidad.
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Fueron muchos los que intentaron que se lo quitase al inicio de su carrera profesional, como ella misma ha desvelado en una entrevista en Youtube con otra de las grandes modelos: Naomi Campbell . De hecho, en algunos de sus primeros trabajos, se lo taparon con maquillaje y con algo de photoshop. Se llegó a plantear quitárselo por verlo como un problema para conseguir sus metas como modelo.
![La historia que esconde el icónico lunar de Cindy Crawford](https://s3.abcstatics.com/media/estilo/2020/04/14/Cindy-Crawford-kMSG--220x220@abc.jpg)
«Cuando estuve en mi primera agencia de modelos en Chicago me avisaron que tenía que quitarme el lunar si quería encontrar trabajo. Era una agencia muy pequeñita, ni siquiera me acuerdo de cómo se llamaba. Cuando se lo conté a mi madre, ella me dijo que hiciera lo que yo quisiera, pero que me lo pensara bien porque no sabía si eso iba a dejarme cicatriz y, sobre todo, porque esa era una marca que me hacía especial », ha contado.
Tras mucho pensarlo, decidió no quitárselo pese a las consecuencias que ello podría tener para su carrera . Al principio se lo tapaban como podían, algo que las primeras veces no le molestó pero después sí. Sin embargo, una portada de la edición americana de Vogue de 1986, lo cambió todo. A Cindy Crawford le dejaron lucirlo y, desde ese momento, dejó de ser un problema. «Cuando vi que el lunar podía aparecer en la portada de una revista de esa categoría, dejó de ser un problema para siempre», recuerda.
Está convencida de que aquello ayudó a muchas mujeres que, como ella, tenían un lunar. A aceptarse a sí mismas tal y cómo son. «Hay miles de personas con lunares que después de ver el mío en aquella portada cambiaron su opinión sobre ellos», ha explicado.
No fue fácil para ella. Ese pequeño lunar, que se ha acabado por convertir en uno de los más famosos del mundo , siempre fue un problema desde que era pequeña: «De niña odiaba tener ese lunar , mi hermana decía que era feísimo. Siempre había soñado con no tenerlo del mismo modo que las niñas con pelo rizado quieren tenerlo liso y las que lo tienen liso, lo quieren rizado». Al final, se dio cuenta de que era lo que la hacía especial.