Un hada madrina

La faceta filantrópica de Esther Koplowitz , una de las mujeres más poderosas de nuestro país , con una Fundación que lleva su nombre era conocida. Ella es la única que financia esta organización cuyo objetivo es ayudar a personas con discapacidades físicas o psíquicas y a ancianos con familias sin medios para atenderlos. Pero aquí no termina su bondad.

Y aunque es una mujer muy reservada y de la que apenas se sabe ni quiere se sepa nada, espero que no le moleste que cuente lo felices que hace a dos vecinas de Ossa de Montiel (Albacete) que se encargan del mantenimiento de su finca familiar de La Gata , situada en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera (Ciudad Real), que heredó de su padre. Una finca que cuenta con un gran coto de caza, deporte que ya no practica, áreas de cultivo y pastoreo, y que fue escenario de su segundo enlace con Fernando Falcó , marqués de Cubas, del que se separó hace nueve años. Es el refugio donde ella encuentra siempre paz.

Me cuentan que el sueño de estas señoras era viajar a París, para ver la Torre Eiffel y pasear por los Campos Elíseos. Esther Koplowitz quiso cumplirlo y aprovechando un viaje de negocios se las llevó con ellas corriendo con todos los gastos, cual hada madrina. Y que mientras ella asistía a reuniones de negocios, las señoras disfrutaron haciendo turismo . Un gesto que no olvidarán nunca , y eso que no acaba ahí su generosidad, ya que siempre que han tenido problemas de salud, las ha traído a Madrid para que las atendieran los mejores médicos. Pero a Esther, al igual que otros muchos ricos filántropos les da pudor mostrar su lado más solidario. Pero a veces, hay que contarlo para que cunda el ejemplo.