Greta Thunberg ya es mayor de edad y promete seguir «molestando»
Símbolo de la lucha contra el cambio climático, centra sus esfuerzos en el activismo digital

La activista climática y absentista escolar más famosa del mundo, Greta Thunberg , cumplió ayer 18 años y se convirtió en mayor de edad, según la legislación de su Suecia natal. Fiel a sus principios de austeridad y frugalidad, reconoció que no había planeado fiesta alguna y que «no quiero regalos». Solo alcanzó a insinuar, ante las insistentes preguntas por su lista de deseos, que «tengo los faros de la bici rotos y en Suecia en invierno los días son bastante oscuros». Y dado que la ley le permite ya tomar decisiones por sí misma en muchos asuntos de su vida, adelantó que «cada decisión será una decisión por la preservación del clima ».
Antes de poder casarse, conducir o votar en las elecciones, Greta ya tuvo la oportunidad de hacer oposición a poderosas figuras como Donald Trump o Jair Bolsonaro , pudo intervenir ante la Asamblea de la ONU y fue recibida por el Papa Francisco y por Angela Merkel. La revista «Time» la nombró «Persona del año» en 2019 y protagonizó el documental «Soy Greta», que se ha difundido a escala global. Quizá por eso no está especialmente emocionada por haber alcanzado la mayoría de edad. «Es un día más, no le doy mayor importancia», ha declarado. Y a diferencia de casi cualquier joven europeo de su edad, ha mostrado total desinterés por la celebración. No hubo tarta ni fiesta de cumpleaños, no hubo invitados ni sorpresas, y mucho menos una sesión de peluquería o de shopping para arreglarse antes de presentarse ante los medios de comunicación. «No necesito ropa nueva. Y si la necesitase, conozco a personas que tienen ropa, así que les preguntaría si me la pueden prestar o si tienen algo que ya no necesitan», dijo.
Sobre su mayoría de edad planea la pregunta sobre si sus padres, que hasta ahora han orquestado su gestación como símbolo global de la protección del clima, seguirán dirigiendo su carrera de activista. Durante la pandemia y reincorporada al colegio después de un año sabático para luchar por el planeta, ha estado siguiendo sus clases de forma virtual y se ha concentrado en el activismo digital. Todos los días habla con decenas de personas a través de video-llamadas y asiste a eventos virtuales. Además, lanzó una campaña online para alentar el voto en las pasadas elecciones en Estados Unidos y se movilizó para que distintos gobiernos de Europa reduzcan sus emisiones de dióxido de carbono. «Hemos tenido que dar un paso atrás durante esta pandemia, no movernos, porque eso es simplemente lo que hay que hacer durante la crisis. Hay que retroceder unos pasos por el bien de la sociedad», ha dicho en su última entrevista. «La pandemia no tiene ventajas ni aspectos positivos. No deberíamos estar hablando de lecciones que se puedan aprender de ella porque las lecciones suenan como algo positivo, en cierto modo», añade. No obstante, cree que la forma en que reaccionaron muchos gobiernos demuestra que también se pueden tomar medidas similares para enfrentar la emergencia climática: «Solo que hace falta voluntad política». «Es posible poner la salud de las personas por encima de los intereses económicos y es posible escuchar a la ciencia», resume la conclusión que aplicará en su activismo apenas pueda recuperar la actividad.
En julio, junto a otros activistas, Greta escribió una carta a los líderes de la Unión Europea, llamando a desincentivar las inversiones en combustibles fósiles. También ha mantenido encuentros con Angela Merkel , Giuseppe Conte y Ursula von der Leyen. «Es lo mismo de siempre, dicen ‘‘no estamos haciendo lo suficiente’’ y no hacen mucho, es mejor que nada, pero el tiempo para eso ha terminado, ahora tenemos que hacer lo imposible», ha valorado las entrevistas. Los cambios solo sucederán si seguimos presionando, si seguimos siendo muy, muy molestos y repetimos las cosas una y otra vez».