Gigi Hadid, la top que pone contra las cuerdas a Weinsten
La modelo podría ser parte del jurado en el juicio contra el productor por delitos sexuales
La frase se atribuye a Benjamin Franklin , padre fundador de EE.UU.: «Nada es seguro en este mundo, excepto la muerte y los impuestos». Para quienes viven en el EE.UU. contemporáneo, hay otra cosa cierta: un día llega una carta con el mandato de ser jurado en un juicio. La obligación legal no distingue ciudadanos pobres o ricos, educados o incultos, famosos o anónimos. La prueba se acaba de ver en el juicio que come la atención del país en el arranque de este año, el de Harvey Weinstein : entre quienes podrían decidir su suerte está la supermodelo Gigi Hadid .
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La maniquí neoyorquina fue la sensación esta semana en el juzgado federal de Manhattan que ventila las acusaciones al superproductor de Hollywood, en cumplimiento de la obligación legal que sujeta a todos los estadounidenses. Lo habitual es que los potenciales jurados busquen esquivar su deber constitucional, que les obliga a dejar de lado sus vidas para dedicarse a escuchar pruebas durante días, semanas o meses. En el proceso de selección de jurado -en el que ahora está el juicio a Weinstein- se esgrimen justificaciones laborales, familiares y médicas para evitar el engorro. La verdadera razón por la que se quedan fuera del juicio es por no tener capacidad de juzgar las pruebas y decidir sobre la culpabilidad con objetividad. Pero Hadid se mostró decidida a estar entre la docena de personas que de las que penderá el futuro de Weinstein.
Salma Hayek, testigo
El juez que lleva el caso, James Burke , le preguntó si sería capaz de ser justa e imparcial en el caso. «Sí», respondió la modelo, que reconoció que había conocido a Weinstein en una ocasión, y también a la actriz Salma Hayek , que podría aparecer como testigo en el juicio. «¿Hay algo que tenga que ver con el hecho de haberles conocido que te imposibilite ser un jurado imparcial?», inquirió el juez. «Creo que todavía sería capaz de tener una mente abierta sobre los hechos», respondió ella.
Pese a su predisposición, es difícil que Hadid acabe en una de las butacas reservadas a los jurados durante el juicio. Haber tratado de forma personal con Weinstein y Hayek -además de pertenecer a un círculo de celebridades en conexión directa con el acusado- será un argumento sencillo para que la defensa evite su presencia en el juzgado de Manhattan.
A pesar de ello, Hadid está entre los potenciales jurados que regresarán al juzgado mañana para una nueva ronda de selección. Al contrario que ha ocurrido hasta ahora, las deliberaciones para la conformación del jurado corren el riesgo de producirse en secreto . Así lo ha exigido la defensa de Weinstein, que considera que de lo contrario no se elegirían a jurados imparciales y que está dedicada a torpedear un proceso en el que se acusa a quien fuera un peso pesado de Hollywood de dos violaciones por las que podría pasar el resto de su vida en la cárcel.
La petición de que la elección del jurado prosiga en secreto ha sido criticada con dureza por la fiscal que lidera la acusación, Joan Illuzzi , así como por abogados de los principales medios neoyorquinos que no quieren que se impida la entrada a la prensa. Será una pelea cuerpo a cuerpo entre defensa y acusación por la elección de cada uno de los miembros del jurado y solo la antesala de la presentación de argumentos y discusión de las pruebas, que arrancará a finales de mes.
