Fernando P. Arellano o la felicidad a través de los fogones
El chef del restaurante mallorquín Zaranda fue el responsable del cóctel que se sirvió en la recepción ofrecida por los Reyes en el Palacio de la Almudaina de Palma
El pasado domingo fue un día muy especial para el chef Fernando P. Arellano (Madrid, 1978) y para todo su equipo del restaurante mallorquín Zaranda . Ellos fueron los responsables del cóctel que se sirvió con motivo de la recepción que los Reyes ofrecieron en el Palacio de la Almudaina de Palma . «Fue algo para el recuerdo, algo de lo que sentirse muy orgullosos», destaca Arellano en declaraciones a ABC.
Fue hace apenas dos semanas cuando Arellano supo que su restaurante había sido el escogido por la Casa Real para el citado evento, que finalmente acogió a casi 450 personas de todos los sectores de la sociedad balear . Curiosamente, el chef del Zaranda ya había estado presente en el cóctel del pasado año, si bien únicamente como un invitado más.
Cuando se confirmó que la nueva recepción se iba a celebrar el 7 de agosto, el equipo de Arellano se puso a trabajar con la suficiente antelación para que todo estuviera perfecto el día correspondiente. Y así fue, según confirmaron los invitados. « Llevábamos trabajando ya varios días en los distintos platos, así que estaba todo prácticamente a punto cuando el domingo partimos del restaurante y llegamos al Palacio de la Almudaina en torno a la una del mediodía », recuerda.
Repasando la biografía de Arellano, uno puede ver que la vocación por los fogones y por los platos más exquisitos le llegó muy pronto. Aun así, uno puede ver también que sus inicios no fueron fáciles. Una vez acabados sus estudios de COU, marchó a Dublín para perfeccionar su inglés. En la capital irlandesa tuvo que trabajar inicialmente fregando platos.
Aún habría de pasar un tiempo, aunque no mucho, para que Arellano pasase a trabajar posteriormente como cocinero en restaurantes de reconocido prestigio, en Dublín, Londres, Nápoles o Barcelona. De regreso ya a Madrid, en 2005, abrió junto a su entonces esposa, Itziar Rodríguez , el restaurante Zaranda. Apenas un año después, le llegaría la primera estrella Michelín en reconocimiento a su labor.
Tras diversos cambios a nivel profesional, Arellano y su equipo decidieron trasladarse a Mallorca en 2010. Arellano conocía bien la isla, pues la había visitado ya por vez primera siendo aún un adolescente. «Mallorca es un paraíso», afirma con admiración.
La primera ubicación del Zaranda en la isla fue el Hotel Hilton Sa Torre . Tres años después, el restaurante pasó a su actual emplazamiento, el Hotel Castell Son Claret , situado en el municipio de Calviá. El buen hacer de Arellano se ha visto recompensado este año con una segunda estrella Michelín para su restaurante.
Los invitados a la recepción del pasado domingo en el Palacio de la Almudaina seguro que debían de estar de acuerdo con esa valoración, en especial cuando empezaron a degustar las cinco tapas frías, las cinco tapas calientes y los cinco postres que se sirvieron. « Utilizamos productos en los que fuera clara la conexión con nuestro entorno », recuerda Arellano.
Los amantes de los aperitivos fríos pudieron disfrutar, por ejemplo, con la «ostra Majórica», que llevaba remolacha, caviar de arenque y perla. No menos felices fueron los enamorados de los aperitivos calientes, gracias a la tradicional «espinagada» de anguila. Y qué decir de los entusiastas de los postres, que pudieron descubrir un delicioso pastel de manzana y almendra. Todo ello regado, además, con vinos y cavas de la tierra. Como decían los místicos y los filósofos clásicos, la felicidad puede encontrarse también a veces entre las cucharas y los fogones.