Le persigue la fama de conquistador irredento y las cifras lo avalan. Encadena relación tras relación, pero ninguna llega a buen puerto. Y sorprendentemente, él es el que siempre decide cuándo y cómo quiere el final. A Feliciano López , de 34 años, no le tiembla el pulso ni a la hora de coger la raqueta ni a la hora de dar puerta a las mujeres de las que se rodea . La última damnificada es Alba Carrillo, una chica de aspecto dócil y 29 años con la que comenzó a salir a principios de 2013. Se casaron el pasado 17 de julio en Toledo y poco les duró el idilio matrimonial. Vendieron su boda y once meses después, también su ruptura. «Feliciano me ha pedido el divorcio de manera fría y distante», confesaba ella esta semana en la revista «¡Hola!». No oculta su tristeza ni tampoco que ha sido él quien ha tomado la decisión. «Me casé enamoradísima y sigo enamorada, estoy sufriendo mucho» afirmaba la modelo, que saltó al papel couché tras su relación con Fonsi Nieto con quien tiene un hijo de cuatro años.
Las reacciones al mediático divorcio no se han hecho esperar. «Y la vida sin darte cuenta te va colocando donde debes estar… #namaste ??», escribía la sevillana María José Suárez en su cuenta de Instagram un días después. Quizá ella es la que más ha sufrido los desaires de este galán empedernido.
Tampoco lo tuvo fácil la actriz Úrsula Corberó. En 2011, coincidió con Feliciano en la Vogue Fashion Night Out y salieron durante cinco meses. Lo justo para que él se percatara de que no quería ir más lejos y ella ya se imaginara formando una familia con él. El desenlace volvió a ser doloroso. No tuvo ningún reparo en reconocer que el tenista toledano le había roto su corazón. Ahora vuelve a darle una segunda oportunidad al amor de la mano del actor Chino Darín, el hijo de Ricardo Darín.
Alejandra Prat y Feliciano López- ABC
El expediente de conquistas de Feliciano se torna interminable, pero estas tres mujeres, junto con Alejandra Prat, son sus conquistas más duraderas. Con la periodista comenzó a salir en 2005. Feliciano, aún sin gozar del reconocimiento y la fama de hoy, sucumbió a la belleza y simpatía de la hija del desaparecido Joaquín Prat. Durante casi un año fueron una pareja admirable sin fisuras. Y por una vez, sin que sirva de precedente, fue ella la que dijo hasta aquí. Hizo pública la ruptura y, aunque los verdaderos motivos nunca salieron a la luz, siempre planeó la sombra de una infidelidad de él sobre su relación.
Ninguna de sus ex guarda un buen recuerdo del tenista y, a pesar de su fama de rompecorazones, pocas le dan el «no» por respuesta. Todo contribuye a agrandar la leyenda. La siguiente está al caer.