Falsos nobles patentan sus títulos como marca para darles veracidad

El «príncipe de Marbella» explicó al Rey que se apropió del título para defender el prestigio de la ciudad

ABC

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Poco a poco se va estrechando el círculo a las decenas de españoles que utilizan títulos nobiliarios falsos, inventados o que no les corresponden. Uno de los casos más llamativos es el de Antonio Pleguezuelos Velasco , quien hace unos días fue citado en el Juzgado número tres de Marbella, acusado de un delito de prevaricación y otro de falsedad documental, después de que ABC desvelara, hace un año, que estaba utilizando el falso título de «príncipe de Marbella».

Pleguezuelos no quiso dar explicaciones a este periódico el pasado verano cuando se puso en contacto con él para conocer su versión, pero ahora, que se las ha pedido el juez, ha hecho pública una batería de documentos oficiales que había ido recopilando en los últimos años para dar una apariencia de legalidad a su falso título, que incluso llegó a publicar en el BOE con la ayuda de un notario. Entre todos esos documentos figura un burofax que, según él, envió al Rey, en la que le explica que como los medios de comunicación habían dado el apodo de «príncipe de Marbella» a un traficante de armas, Monzer Al Kassar , y ello desprestigiaba la ciudad, él había «considerado mi deber defender estoicamente este título por el bien de Marbella y la Casa Real española».

Otro de los documentos difundidos por Pleguezuelos demuestra que llegó a registrar la denominación «Príncipe de Marbella» en la Oficina de Patentes y Marcas, dependiente del Ministerio de Industria. Según él, lo hizo «para protegerlo ante terceros», pero curiosamente lo registró a nombre de una asociación llamada Order of the Royal Honor y en dos clases: publicaciones y servicios de relaciones públicas.

La Order of the Royal Honor también la inscribió en el registro de asociaciones del Ministerio del Interior, con la nota añadida de que «el presidente de la Orden ostentará el título de Príncipe de Marbella como dignidad principesca del Reino de España, con carácter vitalicio». Según la Constitución, solo el Rey puede conceder títulos como el que este ciudadano se autoadjudicó.

Pero el caso de Pleguezuelos no es único. De hecho, es frecuente que las personas que utlizan títulos nobiliarios falsos recurran a subterfugios y uno de ellos consiste en utilizar registros oficiales para acumular documentación que contenga esa denominación, aunque, en realidad, la única forma de acreditar un título nobiliario en España es presentar la Real Carta de concesión, sucesión o rehabilitación firmada por el Rey y refrendada por el ministro de Justicia.

Uno de los organismos oficiales en los que resulta más sencillo y barato (unos 120 euros) conseguir un documento oficial es la Oficina Española de Patentes y Marcas , donde existen muchas marcas -sobre todo, de vinos- con nombre de título nobiliario, y son legales.

Marca «Rey Felipe VI»

«Para registrar una marca hay que presentar la solicitud a la Oficina de Patentes, y solo en casos de marcas muy notorias, hay que acreditar el derecho a utilizarlas, ya que la Administración no puede investigar cada petición», explican fuentes consultadas por ABC. «La Oficina publica esa solicitud en el BOPI (Boletín Oficial de la Propiedad Industrial) y si hay un tercero que se considera perjudicado, debe formular su oposición», continúan. Curiosamente, el pasado 9 de julio se presentó una solicitud para registrar la marca « Rey Felipe VI » en la clase alojamientos en hoteles, y en estos momentos se encuentra en fase de tramitación.

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