Robert De Niro EFE

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El domingo pasado, Robert de Niro hizo las delicias de la izquierda estadounidense en una aparición televisa en CNN. El entrevistador hizo referencia a los ataques que el actor recibe de opinadores y tertulianos en Fox News, la cadena amiga de Donald Trump . «Que les jodan, que les jodan», dijo el actor, en plena forma por su participación en «El irlandés», que se estrena el mes que viene, y «Joker», que ha llegado a los cines de EE.UU. esta semana. El improperio era un recordatorio del «¡Que le jodan a Trump!» con el que De Niro abrió su discurso en los premios Tony del año pasado y que fue ovacionado por el respetable y celebrado y distribuido hasta la saciedad en redes sociales.

Quizá la palabrota en boca de De Niro no haga ahora tanta gracia a su público. La disparó con violencia en una grabación que una exempleada de su productora ha presentado como parte de una demanda por acoso y discriminación. Se trata de Graham Chase Robinson , que acusa a De Niro de discriminarla y degradarla en el lugar de trabajo. Asegura que el actor inició «contactos físicos no deseados», le dedicó «comentarios de tono sexual» y la trató como su «esposa de oficina».

La pelea entre ambos viene desde el verano. De Niro interpuso una demanda contra Robinson por incumplir los deberes de su cargo con cosas como cargar gastos a la tarjeta de crédito de la productora, apropiarse de millones de millas de líneas aéreas o mirar Netflix durante el horario de trabajo. Especificaba que su excolaboradora vio 55 episodios de la serie «Friends» en solo cuatro días del mes de enero.

La demanda de Robinson defiende que fue una artimaña de De Niro para tratar de controlar el relato cuando descubrió que su exempleada, que había dejado su puesto de vicepresidente de producción y finanzas, le iba interponer otra por discriminación .

«Robert de Niro es alguien anclado en las viejas costumbres», escriben los abogados de Robinson. «No acepta la idea de que los hombres deben tratar a las mujeres como iguales. No le importa que la discriminación de género en el lugar de trabajo viola la ley. Robinson es una víctima de esta actitud».

Trato denigrante

La mujer aseguraba que De Niro le obligaba a realizar «tareas degradantes», como rascarle la espalda, abotonarle la camisa, limpiar sus sábanas o pasar el aspirador en su apartamento. También le dedicaba comentarios sexuales , como bromas sobre su prescripción de Viagra, la edad de sus amantes -similar a la de Robinson-, o comentarios sobre la posibilidad de que se quedara embarazada con el esperma de un compañero de trabajo casado. Hacer trabajos físicos «te convertirá en un hombre» , asegura que le dijo en una ocasión.

La demanda también le acusa de discriminación salarial: en una ocasión le hizo saber que un hombre de familia merecía más paga que una mujer sin niños. Robinson busca que le indemnice con 12 millones de dólares por perjuicios y salarios no cobrados.

De Niro la sometió además a abusos verbales, con insultos habituales, como «zorra» o «niñita», muchas veces cuando iba borracho, según la demanda. Una muestra de ello es la nota de voz que los abogados de Robinson han compartido, donde un De Niro furioso repite varias veces el mismo improperio que utilizó en la CNN y en los Tony: le llama «jodida niñita consentida», le dice que «cómo te atreves a faltarme el jodido respeto» y le amenaza con un «eres jodida historia».

Los abogados de De Niro rechazaron todas las acusaciones, a las que calificaron de estar «más allá de lo absurdo». El actor no pareció muy preocupado por el asunto. La misma noche de la presentación de la demanda, se dejó caer por el cumpleaños del predicador y activista Al Sharpton en la Biblioteca Pública de Nueva York y una fiesta de la revista «Variety» en el Upper West Side.

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