Este es el número de lotería que la Reina Letizia y Doña Sofía compraron en el mercado
Todas las personas que contemplaban la escena quisieron comprar también un décimo del mismo número que se llevaron las Reinas
Sorpresa en la pescadería. Lo último que se imaginaban los vendedores y clientes del mercado de abastos El Olivar, situado en el centro de Palma de Mallorca, es que recibirían la visita de dos Reinas y dos Infantas, y que las cuatro se detendrían especialmente ante las filas de pescados. Y eso es precisamente lo que ocurrió en la mañana de ayer. Mientras el Rey se hacía a la mar para competir en la Copa del Rey Mapfre, su esposa, su madre y sus hijas se quedaron en tierra y organizaron un plan de chicas muy diferente a su rutina diaria: visitar un par de mercados en el centro de la ciudad y echar un vistazo a algunos de sus productos frescos.
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Vestidas con aire veraniego e informal y con calzado cómodo, Doña Letizia y Doña Sofía llevaron a la Princesa de Asturias y a la Infanta Sofía al mercado ecológico de la plaza de los Patines y después recorrieron la calle San Miguel hasta llegar al Olivar, que es el mercado municipal más grande de Palma de Mallorca. Allí se pararon ante un par de sus pescaderías, donde la Reina preguntó a los vendedores sobre determinados productos y demostró sus conocimientos sobre gastronomía y nutrición. Y es que Doña Letizia ha acudido a numerosas reuniones científicas y ha leído mucho sobre la relación entre la alimentación y la salud como para mantener unos buenos conocimientos en esta materia.
Recuperar la complicidad
Pero, en esta ocasión, lo importante no eran los nutrientes de los pescados, las rayas o las cigalas que estuvieron contemplando; ni tampoco el estilismo veraniego que escogieron para la cita matinal. Las cuatro miembros de la Familia Real transmitieron una imagen de cariño y de complicidad como en los viejos tiempos. Si hace años era Doña Sofía la que trataba de arropar a su nuera, recién incorporada a la familia, ayer fueron Doña Letizia y sus hijas las que rodearon en todo momento a Doña Sofía, que se convirtió en el centro de la excursión.
Primero fue la Princesa Leonor quien paseó con su abuela cogida del brazo y, cuando la soltó, fue la Infanta Sofía la que buscaba la mano de la Reina madre. También Doña Letizia dedicó una atención especial a su suegra. Todo ello, en un ambiente de normalidad, sin excesos ni artificios, pero que contribuye a hacer olvidar la imagen de la pasada Semana Santa en la Catedral de Palma, donde Doña Letizia impidió que Doña Sofía se retratara con las Infantas.
Ayer, además, la Reina y sus hijas se adaptaron a un plan de los que gustan especialmente a Doña Sofía, a quien siempre le ha agradado salir de compras por Palma durante sus estancias veraniegas, algo que no podría hacer en Madrid porque la gente la pararía cada rato para saludarla o pedirle una foto. Sin embargo, los habitantes de Palma son, en general, más discretos que los de Madrid y muchas veces, aunque detectan la presencia de los miembros de la Familia Real en los lugares públicos, hacen como si no les hubieran reconocido. Y es que los palmesanos llevan más de cuatro décadas conviviendo con la Familia Real en los meses de agosto y saben que a sus miembros les gusta moverse con relativa normalidad cuando están de vacaciones. De hecho, la víspera Doña Sofía también fue de compras, en esa ocasión al centro comercial de Porto Pi, y prácticamente pasó inadvertida. Pero ayer, la presencia de las dos Reinas y las dos Infantas ocasionó un gran revuelo en el mercado de Palma, donde muchas personas -vecinos y turistas- les grabaron en vídeo o les pidieron que se hicieran una foto con ellas.
El ventilador
La nota divertida del paseo por el mercado la puso Doña Sofía, que sustituyó su tradicional abanico por un pequeño ventilador de mano con el que se refrescó frente a las altas temperaturas que se registraban en el establecimiento comercial.
La otra anécdota de la mañana en el mercado la protagonizó el vendedor habitual de lotería en El Olivar, Bernardo Morro , que al ver a las dos Reinas en el mercado les ofreció comprar un décimo. Doña Sofía lo adquirió y el vendedor ofreció otro a Doña Letizia, que también lo compró. A partir de ese momento, todas las personas que contemplaban la escena quisieron comprar también un décimo del mismo número que se llevaron las Reinas, el 53.025. Ahora habrá que esperar hasta el sorteo del próximo sábado para saber si ese décimo resulta premiado.
El paseo también sirvió para transmitir la idea de que Doña Letizia se encuentra a gusto en Mallorca y disfruta de las distintas oportunidades que ofrece esta isla, convertida en uno de los principales destinos turísticos del mundo.
La de ayer fue la segunda ocasión, tras la sesión de fotos en La Almudaina, en la que la Reina y sus hijas han sido vistas en público desde que llegaron a Mallorca el pasado sábado, y la primera ocasión en la que se pudo ver a Doña Sofía, que se trasladó a la isla unos días antes junto a su hermana, la Princesa Irene de Grecia ; su hija, la Infanta Doña Elena , y los hijos de esta, Felipe y Victoria de Marichalar . A la Infanta Elena y su hija se las ha podido ver estos días navegando en la Copa del Rey.
Aparte de sus encuentros privados, las dos Reinas volverán a coincidir el próximo viernes en un acto oficial, la recepción que Don Felipe y Doña Letizia ofrecen todos los veranos en el Palacio Real de La Almudaina a las autoridades y los distintos representantes de la sociedad balear.
Cita de deportistas
Mientras las Reinas y las Infantas hacían un plan de chicas, el Rey pasó casi todo el día en el mar. Don Felipe llegó a las once de la mañana al Real Club Náutico de Palma conduciendo su propio coche y se dirigió al pantalán donde estaba atracado su velero, el «Aifos 500». Una vez embarcado, el Rey se hizo una foto con los miembros de la tripulación, que son de la Armada Española, y después volvió a desembarcar para saludar al piloto de fórmula 1 Carlos Sainz , quien también iba a navegar a bordo del «Mapfre». Don Felipe también estuvo conversando con el jugador de baloncesto Rudy Fernández y su hermana, Marta ; con la nadadora de sincronizada, Ona Carbonell , y con el patrón del «Mapfre», Xabi Fernández .
Después de saludar a todos ellos, el Rey volvió al «Aifos 500» y se dirigió al campo de regatas para participar en la segunda jornada de la regata de la Copa del Rey. Tras las pruebas de ayer, el equipo de Don Felipe sigue en el tercer lugar de la clasificación, un puesto muy destacado si se tiene en cuenta que el Rey no tiene tiempo para entrenar a lo largo del año, que se trata de un velero completamente nuevo, que nada tiene que ver con los de años anteriores -que tenía más de veinte años de antigüedad- y que los equipos rivales están integrados por regatistas profesionales.
Despacho, el lunes
En principio, todo parece indicar que el Rey tratará de participar todos los días en la regata, salvo que sus obligaciones como Jefe del Estado se lo impidieran. En principio, Don Felipe tiene programados tres actos oficiales para los próximos días, pero todos ellos son compatibles con la competición náutica. Además de la recepción del viernes por la noche, el sábado entregará los trofeos de la Copa del Rey Mapfre, que terminará ese mismo día, y el lunes recibirá al nuevo presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , que se trasladará a Mallorca para mantener el tradicional despacho de verano en el Palacio de Marivent.
Sánchez se convertirá en el séptimo jefe del Ejecutivo que visita al Rey en la isla, siguiendo una tradición que empezó Adolfo Suárez , continuaron Leopoldo Calvo-Sotelo y Felipe González, y mantuvieron José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy .