La espera de Arrimadas, un niño madrileño de la generación Covid
Compras online, reuniones telemáticas y ejercicio en casa. Así ha vivido dos meses de embarazo confinada
Los ladridos de Suiti resultan ya más que familiares entre los cronistas políticos que cubren Ciudadanos. Una perrita pinscher de 12 años, compañera de andanzas de su marido Xavier Cima , con la que Inés Arrimadas congenió en seguida al empezar su relación con el exdiputado catalán en 2012. Con ellos comparte su estricto confinamiento en un pequeño piso de alquiler del centro de Madrid sin terraza ni balcón. A sus 38 años y a punto de convertirse en madre primeriza, la presidenta de Ciudadanos no ha pisado la calle prácticamente durante los dos últimos meses a excepción de revisiones médicas al ginecólogo y su presencia en el Congreso de los Diputados el pasado miércoles. Enfrascada en ruedas de prensa telemáticas y reuniones desde su salón, Suiti acaparó un protagonismo involuntario el pasado 16 de abril mientras ella trataba de explicar que Pedro Sánchez les había convocado a una mesa de negociación. La mascota no parecía conforme y los ladridos se hicieron persistentes. «Suiti, prou (basta)», le dijo en catalán.
Lejos de los abuelos
El niño nacerá en Madrid , la ciudad a la que Inés se mudó en mayo de 2019 tras despedirse del Parlament. Tanto los abuelos maternos del pequeño, que residen en Jerez, como su abuela materna de Ripoll, deberán esperar para conocerlo. Inés ha confesado en varias entrevistas que aún no tenían claro el nombre por lo que su familia no había podido encargar ningún regalo con sus iniciales. Tampoco ha desvelado detalles sobre si se tomará baja por maternidad o continuará al pie del cañón al frente de su partido.
Muy activa en redes sociales, ha dado buena cuenta de cómo transcurre su cuarentena. Selfies con su marido, siestas con Suiti y un salón con un mapamundi tríptico convertido en despacho desde donde atiende reuniones online. Llena su nevera a golpe de clic y mira ropa de bebé y accesorios también en la web . Compagina las lecturas de trabajo y videollamadas a la familia con sesiones de ejercicio sobre una cinta.
Solo esta semana hizo un paréntesis en su estricto aislamiento. Pertrechada con mascarilla, guantes y gel, se presentó en el hemiciclo. «Me quedan muy poquitos días. El bebé ya está a término. Antes, si me contagiaba, podía tener riesgo de parto prematuro. Además, teniendo en cuenta las circunstancias políticas, creo que tengo que estar ahí», declaró. Una semana dura y con mucha presión tras dar su apoyo a Pedro Sánchez para prorrogar durante 14 días el estado de alarma. La decisión supuso una sucesión de bajas de militantes como Juan Carlos Girauta o la exdiputada en el Parlament Carina Mejías , y el malestar de su predecesor Albert Rivera , quien a través de un cita en Twitter se pronunció en contra, de una manera elegante, sin mencionar directamente el nombre de Arrimadas.
Relación con Rivera
La relación entre los excompañeros se enfrió y sus últimas conversaciones giran en torno a chupetes, biberones y temas personales. Pocos días de diferencia separarán el nacimiento del niño de Arrimadas de la llegada de la niña de Albert y su pareja, la cantante Malú . Preguntada ayer por la crítica velada en redes de Albert, Arrimadas no ha querido entrar al trapo.
La líder de Ciudadanos se suma a una larga lista de mujeres que compaginaron sus embarazos con una estresante primera línea política. Su compañera de partido Begoña Villacís hizo campaña electoral embarazada de su tercera hija, Susana Díaz también pidió el voto en un avanzado estado de gestación. Y la que fuera vicepresidenta del Gobierno de Mariano Rajoy , Soraya Sáenz de Santamaría dio a luz apenas unos días antes de las elecciones generales de 2011.
En cuestión de días o de horas, y tras semanas marcadas por la pandemia, Inés Arrimadas verá materializado su deseo de ser madre.
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