Ernesto de Hannover, detenido por tercera vez este verano

En esta ocasión ha sido acusado de los delitos de coacción, amenazas y daños materiales. Ernesto de Hannover fue detenido el pasado lunes, por tercera vez ya este verano, en su cabaña de montaña en Grünau im Almtal, en Austria. En torno a las cinco de la tarde, varios policías rodearon la vivienda situada en la Alta Austria, a poca distancia de las fronteras con Salzburgo y Estira, para detenerlo, después de haberse presentado una demanda en su contra ante el tribunal de la ciudad de Wels, que emitió la orden de arresto . La parte demandante es el matrimonio que trabaja para él y al que el Príncipe advirtió que «o se largaban o les enviaría una banda de matones» , según el relato de la pareja publicado por la diario «Kronen Zeintung». Las desavenencias entre Ernesto de Hannover y sus empleados habían pasado también por otros momentos en los que habría perdido el control y en los que que «arrancó una señal de tráfico y rompió una ventana».

Esta vez se presentaron en su casa varios vehículos policiales de la comisaria de Scharnstein y agentes con cámaras de video para grabar con detalle la detención, puesto que en anteriores episodios similares a este, el Príncipe de Hannover acusó a los agentes que le habían detenido de brutalidad y maltratos. El portavoz de la comisaría, David Furtner, aclaró que «debido a varios incidentes en los que nuestros agentes fueron acusados de atacar o abusar verbalmente de Ernesto Augusto, decidimos esta vez usar cámaras corporales y dejar constancia de todo el procedimiento». Se refería a los hechos del pasado 15 de julio, cuando el Príncipe llamó a los servicios de emergencia pidiendo ayuda porque alguien quería matarlo . La policía aseguró entonces que cuando los agentes llegaron se comportó de modo agresivo con ellos, los atacó físicamente y amenazó con un cuchillo.

Tuvo que ser reducido y llevado a la fuerza a una clínica, donde se le realizó un exámen psiquiátrico y permaneció unos días en observación. Al ser puesto en libertad, quiso dar su versión de los hechos y concedió una entrevista a Kronen Zeitung en la que explicó que había sufrido una hipoglucemia y que por ese motivo llamó a los servicios de emergencia. Añadió que los policías le habían atacado sin ninguna razón y negó todas las acusaciones , amenazando con una demanda contra los funcionarios. Según consta en las denuncias posteriores interpuestas por los agentes, el jefe de la Casa de Hannover quiso vengarse y fue a por ellos mientras estaban dirigiendo el tráfico. Desde su coche, les profirió insultos y amenazó con un bate de béisbol.

«Es un pueblo muy pequeño, los residentes aquí conocen a cada agente personalmente», dice el portavoz Furtner. Y añade: «Las operaciones nunca deben grabarse, las cámaras corporales solo se utilizan en las ciudades más grandes de Austria, pero esta vez era necesario». El material audiovisual fue entregado al fiscal responsable como prueba para el proceso en su contra. El Príncipe fue trasladado a la prisión de Wels, donde también puede recibir tratamiento médico y donde seguía ayer, al cierre de esta edición.

Parece evidente que el objetivo de descansar en la montaña y hallar paz, lejos de las tensiones familiares, no está siendo cumplido. En estas sonadas apariciones, además, queda constancia del deteriorado estado de salud de Ernesto de Hannover , tanto físico como mental. Y una soledad que no hace más que agravar sus dolencias. En marzo de 2010 el Príncipe ya mostraba comportamientos violentos y fue condenado a pagar 200.000 euros por un delito de lesiones al propietario de una discoteca en Kenia. En 2011 fue hospitalizado durante unas vacaciones en Ibiza a causa de una pancreatitis y en 2018 volvió a ingresar, sumándose a la inflamación en el páncreas una hemorragia interna. El año pasado, ingresó por el mismo mal en un hospital austriaco y fue operado de urgencia.