Ellen DeGeneres, la reina del humor ya no hace gracia a nadie en EE.UU.
Las acusaciones de acoso laboral y «ambiente tóxico» en su programa desenmascaran a uno de los rostros más populares de la televisión
La estrella se ha apagado. Ya no cae en gracia a nadie. Después de décadas encaramada a la fama, el éxito y el reconocimiento, la actriz, presentadora y humorista Ellen Degeneres (62 años) ha tocado fondo. Su declive se ha ido gestando gota a gota durante bastante tiempo y aunque no se sabe todavía cuál será su futuro, Warner Media busca ya un sustituto para ella, tras presentar su dimisión.
La primera ola de desaprobación contra DeGeneres surgió tras su intento de rehabilitar la imagen pública de George W. Bush , enmarcando su amistad como algo saludable, como si la Guerra de Irak no fuera más que un tweet problemático. Ahora, DeGeneres se enfrenta a serias acusaciones de crear un ambiente de trabajo terriblemente tóxico, con presunto acoso laboral, intimidación, e incluso acoso sexual que, según los informes, se han sucedido tras las cámaras de su «The Ellen DeGeneres Show».
El estudio se defiende de las críticas y un portavoz de Warner Bros Television, que distribuye el programa, reconoció a «Variety» que las comunicaciones podrían haber sido mejores. Pero atribuyó la aparente falta de transparencia y retribuciones económicas al caos causado por COVID-19. Teniendo en cuenta que muchos miembros del equipo de DeGeneres han estado con ella desde hace 17 años, se mostraron consternados al saber que sus colegas que trabajaban en otros programas de entrevistas recibían un trato mucho mejor.
«Sé amable»
El famoso lema de DeGeneres, «Sé amable» se ha vuelto amargo e irónico, al descubrir la supuesta crueldad y falta de empatía de la presentadora estrella del mediodía. Incluso su compañero de reparto en «Finding Nemo», Brad Garrett , tuiteó: «Lo siento, pero viene de arriba. Conozco a más de uno que fue tratado horriblemente por ella». Las acusaciones de que DeGeneres es una jefa desconsiderada se suman al creciente número de rumores e informes en las redes sociales y en la prensa de entretenimiento sobre su presunta crueldad tras bastidores. Estos informes son consistentes con tono mezquino de alguna de sus entrevistas y partes de su programa.
Considerada la reina del humor y la cercanía, Ellen bromeó recientemente manifestando que estar confinada en su mansión de Santa Bárbara «era como estar en la cárcel ». La broma se tildó de mal gusto e insensible por parte de su audiencia.
La «ley del silencio»
Es imposible saber cuánta responsabilidad tiene realmente DeGeneres sobre lo ocurrido en los camerinos de su programa, sin mencionar que ser una diva insufrible no es exactamente un rasgo inusual en la industria del entretenimiento. Hollywood lleva décadas tolerando comportamientos monstruosos , manteniendo la llamada «ley del silencio» entre todos los que trabajan en la industria con una sonrisa, siempre y cuando fluyan las ganancias. Es imposible olvidar las historias repugnantes que rodean a Harvey Weinstein .
Quizás, si DeGeneres no hubiera creado para sí misma una imagen de compasión y empatía, nunca se habría encontrado una reacción tan drástica. Pero la idea de un presentador increíblemente exitoso, rodeado de aduladores, que no comparta el comportamiento pasivo-agresivo de Ellen, la falsa hiperactividad y el júbilo infantil que la audiencia aparentemente encuentra reconfortante es difícil de creer.
Todos hemos escuchado que Tyra Banks puede ser un poco diva, y cualquiera que haya visto «America ‘s Next Top Model» sabe que la exmodelo reconvertida en presentadora no esconde su mal humor, pero, aparentemente, es mucho peor cuando las cámaras no están grabando. Cuando se canceló «The Tyra Banks Show», los miembros del equipo del programa comenzaron a hablar en contra de la modelo, diciendo que había sido una verdadera tortura estar a sus ordenes. Una fuente reveló al «New York Daily Mail»: «Ha habido una alta rotación de empleados durante años ... Ella y su equipo personal de producción eran extremadamente brutales. Realmente es una diva».
Antes de que Donald Trump fuera elegido presidente, fue el presentador de «The Apprentice», un reality icónico gracias a la frase: «¡Estás despedido!». Si bien Trump no contenía sus opiniones de los concursantes en directo, muchos concursantes y miembros del personal revelaron que tras las cámaras se comportaba como un tirano, egoísta y sexista. Un periodista de «Deadline» entrevistó a varios productores que habían trabajado en el programa, y uno explicó el momento en que se encontró con el multimillonario en el rodaje, hicieron contacto visual y extendió su mano para saludarlo, solo para ser ignorado. «Habíamos comenzado a andar uno hacia otro y pasó a mi lado sin saludarme».
Entre los presentadores con peor fama en Hollywood destaca Simon Cowell , conocido por insultar a los participantes de programas como «American Idol» o «X Factor», por lo que no debería sorprender que este presentador tampoco sea tan amable con el personal. No hace mucho, Cowell tuvo un pequeño encontronazo con un cámara en pleno directo de «X Factor». Cuando el técnico no le mostró en primer plano, Cowell se fue a por él gritándole. «¿Por qué no estoy en los primeros planos? ¡Debería estar en esa maldita pantalla!».
Si Hollywood cancelara a todos sus divos, a todos los tiranos de la televisión, la pantalla se fundiría a negra. Nos dejaría para siempre un universo sin estrellas.
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