La duquesa de Alba, una vida señalada por sus polémicos romances
Cortejada por príncipes, sultanes, actores de Hollywood, bailarines y toreros, la duquesa de Alba tenía apenas 17 años cuando sintió el primer flechazo
Cayetana Fitz-James Stuart Silva , XVIII duquesa de Alba de Tormes, cinco veces duquesa, dieciocho veces marquesa, veinte condesa, vizcondesa, condesa-duquesa, condestablesa y catorce veces Grande de España; recordada por todos como una mujer viajera, hippy, disciplinada, bailaora, taurina, pintora, nacida en Madrid pero sevillana «hasta la médula». Casada tres veces, dos veces viuda, madre de seis hijos y víctima de cinco abortos, abuela de nueve nietos, la duquesa de Alba vivió una infancia muy dramática pues su madre murió de tuberculosis cuando apenas tenía 7 años.
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Cortejada por príncipes, sultanes, actores de Hollywood, bailarines y toreros, la duquesa de Alba tenía apenas 17 años cuando sintió el primer flechazo por Pepe Luis Vázquez , un joven torero de 20, atractivo y de finos modales, le brindó un toro en Las Ventas. El primer amor de una mujer que siempre ha tenido que luchar contra la opinión de los demás cuando se enamora. Salvo su matrimonio con Luis Martínez de Irujo , que fue del agrado de todos y con quien tuvo sus seis hijos: Carlos, Fernando, Alfonso, Jacobo, Cayetano y Eugenia ; el resto de sus relaciones han sido un quebradero de cabeza para los suyos y solo el tesón de Cayetana ha logrado convencerles de lo contrario.
En septiembre de 1972 falleció el primer marido de la décimocuarta duquesa de Alba. Poco después conoció al que sería su segundo marido, Jesús Aguirre , quien fue sacerdote jesuita hasta 1969. Ella nunca se fijó en él hasta que una noche, en una fiesta en el palacio de Malpica de Toledo, donde se habían quedado a dormir, ambos se cruzaron en los pasillos para ir al baño y acabaron bailando sin música en pijama. Aguirre era un eximio intelectual que le enviaba poemas de amor de una habitación a otra del palacio usando a los sirvientes como mensajeros. De él tuvo un aborto. Y de él conoció que ETA la había incluido en una lista para ser secuestrada. Pero de él también brotaron años dorados, hasta que el 11 de mayo de 2001 un cáncer de garganta rompió esa complicidad.
Gracias a Pedro –que era hermano del íntimo amigo de Jesús Aguirre–, Alfonso Diez conoció a Cayetana hace más de treinta años. pero no fue hasta 2008 cuando la aristrócata comenzó un idílio con el que sería su tercer marido. Un funcionario de entonces 57 años que trabaja en la Seguridad Social. En un principio doña Cayetana renunció a casarse por el rechazo que esa boda ha supuesto entre sus hijos. «La parte dura fue que mis hijos no lo comprendieron y... debo decir que me enfadé bastante», aseguró duranto una entrevista con la revista «¡Hola!». «Es cierto que tuve la idea de casarme, los dos la tuvimos llenos de ilusión», pero fueron sus dos hijos mayores, Carlos y Alfonso, los que más se opusieron a este enlace.
Sin embargo gracias a la cabezonería de la duquesa , consiguió dar el «sí quiero» por tercera vez en octubre de 2011. Una unión celebrada en el palacio de Dueñas, la que fue su residencia sevillana. A la ceremonia asistieron solo 38 personas, casi todas del entorno familiar. No estuvieron, no obstante, dos de sus hijos: el conde de Siruela y la duquesa de Montoro, aquejada de un brote de varicela. La duquesa de Alba no dudó en exteriorizar su alegría y se arrancó por rumbas cuando acudió a saludar al público que se congregó fuera, bailando con su marido, con su hijo Cayetano y con Francisco Rivera , además de con Curro Romero .