El drama de Gillian Bayford tras ganar el Euromillón
Gillian Bayford era limpiadora en un hotel de Inglaterra y los 178 millones de euros que ganó le cambiaron la vida
Ganar un premio multimillonario no da la felicidad pero ayuda. Sin embargo, es un tópico que puede ir en contra de muchos ganadores. Acostumbrados a vivir con cierta cantidad de dinero, una inyección de millones en la cuenta corriente es difícil de asumir para muchos.
Fue en agosto de 2012 cuando un matrimonio del sur de Inglaterra ganó 149 millones de euros en el sorteo del Euromillón. Era el segundo mayor premio que se había entregado en Reino Unido de esta lotería. Gillian Bayford , la afortunada, confesó que tuvo que comprobar varias veces los números del cupón ya que no podía creérselo. También su exmarido, Adrián, tuvo que comprobarlo en la televisión y en internet; y fue en ese momento cuando se dieron cuenta de que habían ganado el premio de 178 millones de euros.
Entre risas y algún que otro beso, la pareja recibió el cheque con la millonaria cifra. Pero no fueron los únicos que no podían creérselo: los padres de él tuvieron que ser convencidos por su esposa. Ante las cámaras, ella confesó su intención de dejar su trabajo como empleada de la limpieza en un hospital de Inglaterra, mientras que Adrián aseguró que pensaba seguir trabajando en la tienda de música que tenía en el Condado de Suffolk y pretendía que este premio no cambiase su vida. Pero no fue así.
Ocho años después de ganar el sorteo del Euromillón, el matrimonio se divorció y Gillian abandonó Inglaterra para volver a sus orígenes en Escocia, allí ha pasado por dos relaciones tormentosas. Su primera pareja fue Gavin Innes , un psicólogo que trataba a hombres víctimas de violencia doméstica, la denunció por maltratarle físicamente durante su relación. A día de hoy está felizmente casada con Brian Deans , un compañero del colegio -ocho años menor que ella- y que fue condenado por intentar robar 15.700 euros a la cadena de supermercados Tesco.
Tras dejar su empleo como limpiadora, Gillian invirtió una gran suma e dinero para abrir un fondo inmobiliario de alquiler de viviendas y una cafetería que fracasó.