La dolorosa despedida de Ana Obregón y Alessandro Lequio a su hijo Álex
Con mascarilla y abrazados, la expareja afrontó ayer su último día en Barcelona antes de volver a Madrid
Eran las siete de la tarde de ayer cuando Ana Obregón y Alessandro Lequio salieron del Tanatorio Sáncho de Ávila de Barcelona para gestionar el traslado a Madrid esta misma mañana de los restos mortales de su hijo Álex Lequio . A la actriz y al aristócrata italiano se les pudo ver al volver al apartamento donde se instalaron el pasado mes de marzo. Las mascarillas que llevaban les protegían también de mostrar el dolor que sienten tras perder a su hijo, quien falleció el miércoles a los 27 años en el hospital Quirónsalud de Barcelona, donde recibía un nuevo tratamiento contra el cáncer que padecía. Una pérdida irreparable para Ana Obregón y Alessandro Lequio, a quienes tras salir del taxi y entrar en el portal del edificio se les pudo ver abrazados y rotos de dolor. Desde que le diagnosticaron la enfermedad a Álex, la expareja ha sido un ejemplo de apoyo mutuo e incondicional.
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El fallecimiento de Álex Lequio ha conmovido a la sociedad española porque era un chico muy joven, emprendedor, muy trabajador y extremadamente educado y extrovertido ; pero también porque, aunque no quiso seguir la estela de fama y platós de sus padres, todos le conocíamos y le vimos crecer entre fotógrafos y periodistas. Pese a lo complicado de su diagnóstico, después de recibir con éxito un primer tratamiento en Nueva York, nadie podía imaginar este triste final. Por eso, cuando la noticia de su muerte trascendió a los medios de comunicación el miércoles a mediodía, las muestras de cariño y afecto hacia Ana Obregón y Alessandro Lequio no se hicieron esperar. Las redes sociales se inundaron de fotografías del joven.
La mayoría de mensajes de fuerza y ánimo tenían una mención especial para la actriz, con la intención de que se sintiera arropada en estos duros momentos, porque siempre fue una madre abnegada, entregada en cuerpo y alma a su hijo. El mismo día del doloroso desenlace, Ana Obregón y Alessandro Lequio compartían su dolor en el apartamento de Barcelona que alquilaron a principios de marzo para estar cerca de Álex mientras durase el tratamiento. Celia y Amalia Obregón , las hermanas de Ana, no se separaron de ellos en ningún momento.
Fortaleza y positividad
Ana Obregón está rota de dolor. Un sentimiento que se pudo constatar la misma noche del miércoles, cuando en su cuenta de Instagram publicó una imagen con su hijo. «Se apagó mi vida», escribió junto a la fotografía. No pudo decir nada más. Demasiado sufrimiento para una madre enérgica, que durante los dos últimos años no se le ha visto desfallecer. Precisamente hace un año, tras volver de Nueva York con Álex, Ana Obregón se reunió con un grupo de periodistas en Madrid para presentar unas ampollas faciales. Parecía que lo peor ya había pasado y ella se sentía con fuerzas para hablar sobre lo que habían vivido: «En enfermedades como la de mi hijo, a parte del tratamiento, el ánimo y la actitud es el 80 por ciento», dijo entonces, al tiempo que afirmó que Álex le había dado « una lección de fortaleza enorme »: «Hemos sido espejos el uno para el otro, él estaba animado y me lo contagiaba, o al revés».
El motor de sus vidas
Álex Lequio era para Ana Obregón el motor de su vida y también lo fue para su padre, quien no ha dejado de llorar desde el miércoles. «Ok, Álex, lo pillo… Te sacaré del bosque, pero mientras tanto recuerda que eres y siempre serás mi luz y mi centro. Hasta la última bala. Ser tu padre es el mayor honor. Dios te bendiga, Álex», escribió Alessandro Lequio en Twitter horas después de la muerte de su hijo. Dos días antes, el noble italiano publicó las últimas frases que pronunció Steve Jobs antes de morir, un mensaje donde vaticinaba este triste final: «La verdadera felicidad no proviene de las cosas materiales, proviene del afecto que nos dan nuestros seres queridos».
Existe una palabra que puede definir a quien pierde a un hijo, pero es tan desgarradora que la Real Academia Española no la contempla en su diccionario. Desgraciadamente, a partir de ahora, Alessandro Lequio y Ana Obregón tendrán que convivir con el duelo , la tristeza y añoranza de no volver a ver a su hijo Álex.