La desconocida melancolía de un octogenario Silvio Berlusconi
El ex «Cavaliere» cumple 80 años y no está para fiestas. «Miro el futuro con incertidumbre»
«Ninguna fiesta. Haré solo una cena con mis cinco hijos . He rogado a todos que no me hagan regalos. Si quieren hacerlos, que sean para la beneficencia». El ex primer ministro italiano, Silvio Berlusconi , cumple hoy 80 años y con ese motivo ha concedido al semanario de su propiedad, «Chi», una larga entrevista en la que de forma inesperada muestra toda su fragilidad: «Estoy mirando de modo incierto a lo que puede ser mi futuro».
Berlusconi no oculta una melancolía inédita, lejos del optimismo que siempre le caracterizó. Un estado de ánimo completamente nuevo, marcado por la operación a corazón abierto que sufrió el pasado 14 de junio. Por primera vez se da cuenta de que el tiempo pasa: « En toda mi vida jamás pensé en la edad. Al contrario, siempre viví como si tuviera 40 años. Pero llegó la enfermedad y, con la operación, he tomado conciencia de que soy un hombre de 80 años».
Para Berlusconi , hoy sus prioridades son su vida privada y su familia: «La conclusión, quizás la más importante, es que pasaré más tiempo con mis hijos y mis nietos. Estaré más con las personas a las que quiero. Como hice este verano. Cinco hijos y diez nietos te convierten en un patriarca. Y así es como yo me siento». De sus cinco hijos -Marina y Pier Silvio, nacidos de su primer matrimonio; Bárbara, Luigi y Eleonora, del segundo-, la primogénita es su ojo derecho: «Marina para mí es madre, hermana e hija». Ha sustituido, pues, a su madre Rosa, siempre en el recuerdo del ex Cavaliere: «Cuando murió, fue el momento más doloroso de mi vida» , explica en referencia a su progenitora.
En el ámbito sentimental, Berlusconi evoca sus dos grandes historias de amor: Carla Dall’ Oglio, su primera mujer, y Verónica Lario , con quien rompió de forma tempestuosa: «El amor ha sido importante, pero en mi vida a menudo el trabajo ha sido prioritario». Y sobre su última compañera, Francesca Pascale , medio siglo más joven, hace una precisión: «No hay crisis».
Protagonista de la política italiana durante más de 20 años, Berlusconi confirma en la entrevista de «Chi» su obsesión por los comunistas y sorprende al manifestar su aversión hacia la política: «Nunca me ha apasionado, la política me ha hecho perder tiempo y energías. Pero tuve que descender a este terreno para impedir la llegada de los comunistas al poder» (en realidad, su gran objetivo fue la de salvar a sus empresas). A la hora de hacer balance, Berlusconi sobrevuela por los pasajes de su vida poco agradables y no tiene duda: cero errores. «No me he equivocado en nada, ni en política interior ni en política internacional. Y no caí por mi culpa». Muy al contrario, el ex «Cavaliere» considera que su salida del poder, cuando el país estaba al borde de la bancarrota, fue como un golpe de Estado. Sólo se permite un un lamento: «No haber podido trabajar por el Milán como me hubiera gustado» .
A sus 80 años, Berlusconi está prácticamente fuera de juego en la vida pública y ni siquiera parece interesarse demasiado sobre cómo acabará el liderazgo en el centro-derecha. Pretendió hacer una «revolución conservadora» y fracasó.
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