Delphine Boël, la supuesta hija de Alberto de los Belgas: «Nací como un tabú viviente»
La artista habla con ABC tras el fallo del Constitucional belga que da luz verde para que continúe su caso de filiación
Delphine Boël ha vuelto a hacer historia. La primera vez fue el 3 de julio de 2013, cuando su supuesto padre, el Rey Alberto II de los Belgas , de 81 años, anunció en un discurso televisado que decidía abdicar, en parte acosado por la demanda de paternidad presentada por la artista, de 48. Esta semana volvió a conseguirlo al obtener su primera victoria judicial: el Constitucional de su país la autoriza a seguir adelante con el proceso para demostrar su parentesco con el anterior jefe del Estado, padre del actual Rey Felipe I.
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«Delphine está extremadamente feliz, pero también agotada . Todo esto es demasiado para ella», explica su abogado, Alain de Jonge , en conversación telefónica con ABC. «Debo protegerla, pero le transmitiré su deseo de hablar con ella. Quizá, si hablan de arte, podría acceder a responder a sus preguntas », añade el letrado, que admite que todavía no se cree que el Constitucional les haya dado luz verde para continuar con este caso de filiación que hace tambalear a la Casa Real belga. Con el señuelo del arte, Boël se pone al teléfono.
—Usted tiene una larga trayectoria en el mundo del arte. ¿Este proceso ha afectado su productividad artística?
—Llegar viva a este punto del proceso legal ha consumido mucho tiempo y energía, pero también se ha convertido en fuente de inspiración. Tengo que seguir creando, así que voy a mi taller todos los días. Tengo que explorar nuevas ideas y materiales. Es parte de mi disciplina, es mi formación académica y así es como me gano la vida.
Boël se crió en un hogar privilegiado, rodeada de belleza y arte. Su madre, la baronesa Sybille de Selys Longchamps, conoció al entonces Príncipe Alberto en el verano de 1966 y menos de dos años después dio a luz a Delphine, a la que sólo cuando tenía 17 años habló de la identidad de su padre. La baronesa se casó con el magnate industrial Jonkheer Jacques Boël, quien crió a la niña como a su propia hija. De alguna manera toda la obra artística de la supuesta hija de Alberto II está inspirada en su rocambolesca vida. «Hija del amor» o «Fornica con el consentimiento del Rey» son algunos de los títulos de su colorida obra, que abarca pintura, escultura, vídeo y neón.
—Su obra es auto-referencial...
—Así es, utilizo muchas metáforas en mi trabajo. Como todas las personas, tengo que hacer frente a las frustraciones que genera la lucha normal por sobrevivir. Pero a diferencia del resto de la humanidad, mis experiencias me exponen a personas con mucho poder que a veces se esfuerzan por distorsionar u ocultar la verdad. Yo nací como un tabú viviente. Se hicieron grandes esfuerzos, se montaron grandes engaños, para tapar y camuflar mi existencia y verdadera identidad.
—Y en su obra podemos ver a la verdadera Delphine...
—Me han obligado a lidiar con muchos ejemplos de discriminación y trabas legales. Está claro que mi obra artística es la prueba visible de cómo he canalizado mis emociones de la vida real en algo tangible y creativo.
—¿Cómo hace para relajarse?
—Sé que si no cuido mi bienestar físico y mental mi trabajo y mi familia sufrirán. Así que todos los días, llueva, nieve o haga sol, salgo a correr durante una hora. También intento aprovechar cada minuto libre que tengo para estar con mi marido y mis dos hijos. Puede sonar raro, pero correr para que mis niños lleguen puntuales a clase me ayuda a recargar las pilas.
—Está un paso más cerca de la verdad. ¿Imaginó que iba ser tan difícil que se hiciera justicia?
—La verdad y la justicia suelen ir por caminos separados. Cuando uno intenta unirlos no sabe cuánto tiempo puede tardar o si podrá lograrlo. Pero soy optimista, creo que el camino que he cogido es el correcto y estoy impresionada por la bondad de mucha gente que me ha ayudado.
—¿Vale la pena tanto sacrificio?
—Ha sido duro, pero necesario. Mi caso ha ayudado a mucha gente que se enfrenta a problemas similares... les ha ayudado legalmente, psicológica y emocionalmente. Cuando la verdad y la justicia se unen ocurre algo bello, como este fallo del Constitucional belga. Pero mi viaje está lejos de haber terminado.
—¿Qué le diría a su padre biológico?
—Prefiero no hacer comentarios.
Una de sus pinturas dice más que sus palabras: «Es mejor morir de pie que vivir de rodillas».