La decisión de Carmen Lomana tras contar que tiene «para comer» pero no sabe «por cuánto tiempo»

Hace unas semanas, Carmen Lomana consiguió desatar la polémica tras unas declaraciones ofrecidas en el programa «Todo es mentira», de Risto Mejide , en el que aseguró que, debido a la pandemia del coronavirus, ella también se ha visto afectada económicamente . Según sus propias palabras, su principal fuente de ingresos procede del alquiler de unas oficinas que, en estos momentos, están vacías.

Entonces reconoció que, aunque por el momento no va a pasar hambre, si la situación persiste, no sabe: «Tengo para comer, pero no sé por cuánto tiempo». Todavía le queda el dinero que le pagan de sus colaboraciones en medios de comunicación y de su participación en el programa «Supervivientes» de Telecinco.

Tras estas declaraciones , que generaron un gran revuelo en las redes sociales por la condición aventajada de la socialité en comparación con millones de españoles, se ha conocido la decisión que Lomana tomó hace unos meses, que afecta directamente a su bolsillo y que, seguro, supondrá un desahogo en estos momentos de incertidumbre.

Carmen Lomana y sus hermanos han decidido vender la casa familiar situada en Asturias que heredaron de sus padres. A pesar de que el inmueble se encuentra en venta desde hace unos meses, es ahora cuando la revista «Semana» anuncia la noticia. «Mis padres compraron esa casa cuando yo tenía 8 años, pero mi primera foto en Celorio es cuando solo tenía 5 meses. Llevo pasando allí los veranos toda la vida y es un lugar muy especial para mí y para mi familia. Imagínate lo que es esta casa… Nos da muchísima pena venderla porque tiene millones de recuerdos, pero es lo mejor». Y añade: «Además, una casa como esa ahora mismo es impensable porque por la Ley de costas ni siquiera se podría construir. Es una maravilla única».

Según el medio citado, la propiedad está a la venta por 350.000 euros, consta de 90 metros cuadrados, tres habitaciones, un baño, y una cocina con acceso a una terraza con barbacoa.

La intención de la socialité si la vivienda no se vende antes de verano, aunque desde la inmobiliaria señalan que se trata de una buenísima oportunidad, es volver a pasar allí unos días y despedirse de aquellas cuatro paredes que atesoran gran cantidad de recuerdos de su infancia y su juventud . Eso sí, las visitas a su pueblo no cesarán a partir de entonces ya que, al parecer, mantiene un vínculo muy estrecho con la localidad, que siente mucho apego por la familia.