Lis Cuesta, la discreta y conservadora primera dama cubana que recibirá a los Reyes Felipe y Letizia
Sobre ella, dicen que es muy discreta, afable y buena amiga, además de ser alguien cercano a quien le gusta bailar en las fiestas
Los Reyes Felipe y Letizia han puesto rumbo este lunes a Cuba, ante una gran expectación mediática, en un viaje de Estado con motivo de la celebración de los 500 años de la fundación de La Habana. En este viaje histórico serán recibidos por el presidente del país, Miguel Díaz-Canel , y su mujer, Lis Cuesta , que recibe por primera vez después de 70 años, el título de primera dama. El término había quedado en desuso, pues los hermanos Fidel y Raúl Castro lo consideraban «burgués» y «capitalista» y no otorgaban ningún tipo de protagonismo a sus esposas.
Ahora son muchas las preguntas que surgen en torno a quién es Lis Cuesta, esta casi recién bautizada primera dama que recibirá a Felipe y Letizia en su viaje a Cuba. Pues bien, es licenciada en Pedagogía, profesora universitaria y jefa de Servicios Académicos de una filial turística del Ministerio de Cultura que organiza viajes a Cuba, llamada Paradiso.
Es conocida por mantener un perfil muy discreto . Se trasladó a La Habana cuando su marido fue nombrado ministro de Educación Superior, lo que suponía un mayor peso en la política del país, hasta que posteriormente se hiciera con el cargo de presidente en abril de 2018, convirtiéndose en el primer mandatario en décadas en ostentar el cargo sin el apellido Castro.
El matrimonio se conoció cuando Díaz-Canel ocupó el cargo primer secretario del Partido Comunista en la región (2003-2009) y ella era directora del Instituto Provincial del Libro. Pero en aquel momento ambos estaban casados: él con Marta Villanueva , madre de sus dos hijos, y ella con un militar con el que también tuvo dos retoños. Fue tras sus respectivos divorcios cuando empezaron una vida en común.
Sobre ella, dicen que es muy discreta, afable y buena amiga , además de ser alguien cercano a quien le gusta bailar en las fiestas y tomar «alguna cervecita», y que es algo conservadora a la hora de vestir. Y, a modo de curiosidad, tiene un tatuaje en la espalda. Además, pese a mantenerse en un discreto segundo plano, en sus apariciones conjuntas el matrimonio se muestra de lo más cómplice.
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