La cuarentena de «cuento de hadas» de Matt Damon en Dublín
El actor pasa estos días en Dalkey, al sur de Irlanda, junto a su mujer, sus hijas y los profesores de estas
En una residencia al pie del Atlántico y rodeado de un bosque urbanizado en el punto más alto de Dublín . Así pasa la cuarentena Matt Damon junto a su mujer, la argentina Luciana Barrosa , las tres hijas menores de ambos ( Isabella, Gia y Stella ), y los profesores de los crías. Unos días que el propio actor ha definido como « un cuento de hadas ». Y es que las circunstancias en las que el intérprete se ha visto atrapado en Europa le han hecho sentirse hasta «avergonzado» de la fortuna que ha tenido.
Apenas dos días antes de que Irlanda decretase la clausura de los colegios y comenzase el cierre paulatino de locales de restauración, para seguir las recomendaciones de distancia social, restricción de movimientos y aislamiento absoluto de colectivos de riesgo, la estrella de Hollywood y su familia aterrizaban en Dublín para rodar «The Last Duel» la próxima película de Ridley Scott . A bordo del avión viajaban los profesores de sus hijas, ya que estaba previsto que el rodaje se alargase durante ocho semanas y Damon no quería renunciar ni a su familia ni a la educación de su prole.
Una foto con sus hijas saliendo del mar helado de la costa irlandesa daba la señal de alarma a los seguidores del actor. En su mano, una bolsa de plástico de un supermercado local daba pistas sobre su ubicación: Dalkey , un exclusivo suburbio al sur de Dublín, donde tienen su residencia Bono o The Edge . Con las fronteras cerradas, el protagonista de «Contagio» (una inquietante película de 2011 a la que se ha empeñado en imitar la realidad en 2020 ) comenzaba una obligada cuarentena en esta exclusiva localización dublinesa.
Durante estos días Matt Damon no se ha escondido. Lleva a sus hijas a un parque cercano a su domicilio en Sorrento Road, por el que paga un alquiler de 8.000 euros semanales ; hace cola en el café de la principal calle comercial de Dalkey, respetando los dos metros de distancia decretados por la legislación irlandesa, y sale a correr por Killiney Hill, la colina con privilegiadas vistas sobre la capital de Irlanda, donde hace años Enya compró su cárcel de oro.
Los vecinos le protegen
Han sido muchas las fotografías compartidas en redes sociales por sus seguidores, pero Dalkey cuida a los suyos. Así que cuando una periodista de «The New York Times» accedió a un foro sobre el enclave en Facebook para recabar datos entre sus vecinos, recibió una respuesta unánime: «Gente como Damon viene a vivir aquí porque somos un lugar en donde pueden estar tranquilos. En esta comunidad no se cotillea con la prensa sobre nuestros vecinos ». A continuación, fue expulsada del foro.
Tras un encuentro en la cola del café con un periodista de una pequeña emisora hiperlocal, Damon concedió hace unos días una entrevista en la que saludó con emoción y reconocimiento a una enfermera francesa que lleva semanas llenando sus redes de llamamientos al actor. «El orgullo de saludarte es mío. Gracias por vuestro trabajo», dijo a su impactada admiradora. Damon, a quien le constaba el episodio con la reportera americana, también tuvo palabras de agradecimiento para sus vecinos. «Este es uno de los lugares más bonitos en los que hemos estado jamás», contó. Y reconoció: « En los dos kilómetros de paseo permitidos tengo el mar y un bosque espectacular . Cuando vine, me dijeron: ‘‘Es donde vive Bono, Enya…’’. Ahora entiendo perfectamente por qué».
Su hija mayor, con coronavirus
En la entrevista Damon reveló que Alexia, la hija mayor de su esposa −fruto de una relación anterior y a quien el actor considera como suya− contrajo el coronavirus. «Nuestra hija mayor está en la universidad. Obviamente está cerrada, pero es en Nueva York −el epicentro del virus en EE.UU−. Al principio de todo tuvo Covid-19, al igual que sus compañeras de casa, pero ya está bien», contó sobre la joven de 21 años.
Vivir en la zona más exclusiva de Dalkey comienza por los 2,6 millones de euros de una casa de tres habitaciones, la más «barata» disponible en la actualidad. Precio que no puede impresionar a Damon, propietario del ático más caro de Brooklyn, que compró por 14 millones de euros a principios de 2019.
En este barrio dublinés, a donde el cantante de U2 llevó a los Obama a comer fish and chips en 2003, se caracteriza por la absoluta normalidad. Ni grandes restaurantes ni pretenciosos comercios. Lejos de las mansiones ubicadas en sus calles con nombre italiano, solo la estética dickensiana de los comercios de su calle principal y su privilegiada ubicación entre el mar y la preciosa colina de Killiney sugieren lujos adicionales a la tediosa cotidianidad de los suburbios dublineses. Damon se ha convertido en un «bendecido» vecino más.
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