El coronavirus trunca las ansias de libertad de los «presidiarios VIP»

Willy Bárcenas se erige como voz de la población reclusa al denunciar la falta de medidas tomadas en Soto del Real

Luis Bárcenas cumple condena en la cárcel de Soto del Real (Madrid) EFE
Ana Mellado

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Su ascenso a la fama coincidió con el descenso a los infiernos de su padre. Mientras él comenzaba a llenar salas con las letras pegadizas de su banda Taburete, su progenitor se adaptaba al silencio atronador de la celda. Para bien o para mal, el apellido Bárcenas dio alas a su carrera musical. Le ha reportado notoriedad aunque los motivos no sean precisamente dignos de orgullo. Cada vez que Willy Bárcenas se sentaba ante la prensa para promocionar un disco , la sombra de su padre Luis, extesorero del PP condenado en la trama Gürtel , se volvía más alargada. No faltaron nunca las preguntas morbosas sobre si su padre le daba la paga en sobres o si había hecho amigos en la trena. Y ahora, ante la acuciante situación que vive nuestro país por la lucha contra el coronavirus, el joven de 31 años se ha convertido en la voz de los reclusos. Esta semana se ha sentado ante los micrófonos de radios y televisiones para denunciar la falta de medidas en los penales, en concreto en Soto de Real (norte de Madrid), donde cumple pena su padre.

« No se están tomando medidas: nadie lleva mascarillas, nadie tiene geles, nadie está respetando las distancias de seguridad . Lo único que han dado ha sido papel higiénico», ha denunciado en los micrófonos de COPE. Los funcionarios han desalojado algunos módulos para trasladar a posibles contagiados provocando la masificación en otros. «En el módulo 10, donde antes estaban 60 ahora están 150 y el riesgo de contagio y de producirse un brote en este momento es altísimo».

Willy Bárcenas, hijo del extesorero del PP ISABEL PERMUY

Luis Bárcenas solicitó ante la Sección Segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional su puesta en libertad por la crisis del coronavirus. Alegó que la situación del estado de alarma «con las fronteras cerradas y las fuerzas de seguridad del Estado en las calles» hace que el riesgo de fuga sea prácticamente inexistente . Su petición ha sido rechazada. Anticorrupción considera que continúa disponiendo de una importante fortuna oculta en el extranjero y podría salir de España. Además a sus 63 años, no presenta patologías previas importantes, aunque es hipertenso y padece episodios de alergias fuertes.

Los días se hacen más largos en la trena desde que se suprimieron las visitas y se suspendieron los permisos de salida. Una medida que lleva aparejado un descenso drástico del tráfico clandestino de drogas en su interior, lo que puede elevar la tensión de los internos con síndrome de abstinencia. Un punto que Willy Bárcenas asegura que no ha abordado en las conversaciones con su padre.

En Soto del Real, también ve pasar los días el exvicepresidente del Gobierno y expresidente de Bankia Rodrigo Rato . Debido a la pandemia, Instituciones Penitenciarias suspendió la reunión de la Junta de Tratamiento para estudiar si le concedían el tercer grado. Desde finales de octubre de 2018 cumple su condena a cuatro años y medio de prisión por apropiación indebida en el caso de las tarjetas black de Caja Madrid. De haber logrado ese tercer grado, antes de la propagación del coronavirus, ya podría estar en casa desayunando con su mujer Alicia González. Los presos que estén clasificados en tercer grado y aquellos a los que se les ha aplicado el artículo del 100.2 -un régimen de semilibertad que mezcla el segundo y el tercer grado- pueden cumplir condena en sus domicilios, sometidos a medidas de control telemático.

Villarejo, en Estremera

Quien tampoco logra liberarse de las rejas es José Manuel Villarejo, en el penal de Estremera (Madrid) desde noviembre de 2017, acusado de liderar una mafia policial. El 17 de marzo reclamó su excarcelación por el riesgo de contraer el coronavirus en prisión. El juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón se la ha denegado y sostiene que existe más riesgo de contagiarse fuera de prisión. Y añade que la hipertensión arterial crónica que padece puede tratarse en la cárcel.

Otro de los presos ilustres a los que el coronavirus trunca sus deseos de libertad es Iñaki Urdangarin , en la cárcel de Brieva (Ávila) desde junio de 2018 condenado por el caso Nóos. Por un lado se han cancelado sus tres salidas semanales para hacer voluntariado en el Hogar de Don Orione, en Pozuelo de Alarcón, y tampoco puede disfrutar de los permisos, que le permitían salir dos fines de semana al mes. Al igual que otros muchos presidiarios, el marido de la Infanta Cristina tendrá que armarse de paciencia para volver a abrazar a los suyos.

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