Clara Lago: «Estoy tan concienciada con el cambio climático que he comenzado una dieta vegana»
La actriz habla en coloquio con ABC sobre la labor que lleva a cabo con su pareja, el cómico Dani Rovira, en su Fundación «Ochotumbao» y sobre el papel de la mujer en la industria del cine
Dice de sí que no le gusta definirse, pero «como humana, es contradictoria» y, paradójicamente, acaba describiéndose. Deportista y activista, Clara Lago (28) se convierte, junto a otras seis mujeres, en una de las embajadoras de la nueva campaña de «Joma» , lo que le vale el reconocimiento de una de «las mujeres que más brilla en la actualidad».
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Ser la protagonista de la película española más taquillera de la historia, «Ocho apellidos vascos», y haber fundado junto a su pareja, el cómico y actor Dani Rovira (37), la Fundación Ochotumbao, son dos cualidades intrínsicamente relacionadas con ese brillo, que la marca deportiva refleja en su nuevo modelo de zapatillas con miles de cristales Swarovski en la composición de su logo.
¿Te consideras una de las «mujeres españolas que más brilla»?
Yo creo que decir eso de una misma es un poco raro. Yo estoy muy agradecida de que «Joma» me haya elegido como imagen femenina dentro de este grupo de mujeres. Pero decir que soy una mujer brillante, la verdad que no me sale.
¿Qué cualidades crees que han podido ver en tí que se identifiquen con la marca?
No lo sé, pero entiendo que, por los valores que suele promover «Joma» -mujeres fuertes, independientes y, evidentemente, deportistas-, algo de eso transmito en mis acciones.
Por mi parte, yo sí me siento identificada con la marca. Es deportiva -que ya de por sí me parece importante incentivar el ejercicio- y además, es una firma española súper potente, de las más importantes en España, que promueven tanto la figura de la mujer dentro de este campo como los deportes minoritarios .
¿Es gratificante que este reconocimiento, este «brillo», venga de la mano de la Fundación Ochotumbao?
Por supuesto. Para mí, la fundación es el proyecto más bonito en el que he participado y que, probablemente, participaré. Entonces, si eso ha tenido algo que ver en que yo sea imagen de esta campaña, infinitamente agradecida .
¿Cómo trabajáis en el Fundación?
La base de Ochotumbao son las galas benéficas que hacíamos y seguimos haciendo en Málaga. De ahí partió este proyecto en el que, junto a buenos amigos y mediante la comedia y la improvisación, ayudamos a doce asociaciones malagueñas muy diferentes entre sí.
Bajo esta premisa surgió nuestra fundación, con la idea de seguir contribuyendo en los diferentes proyectos de estas asociaciones y ONG, que trabajan tanto con colectivos de personas como para el bienestar de los animales o del medio ambiente.
¿Hay alguna experiencia con la que hayas tenido contacto de primera mano que ejemplifique por qué son necesarias iniciativas como estas?
La última que hemos vivido de primera mano ha sido en Bangladés, cuando fuimos con «Save The Children» a ver el campamento de refugiados de los rohingyas . La situación es tremenda y lo peor es que, lo que ha empezado como un problema bélico, acabará en un tema climático. O sea, las migraciones van a sucederse en todas partes debido a catástrofes como las sequías y los terremotos.
¿Son los casos con los que más empatizas?
Cuando te topas tan de cerca con una causa como la de los refugiados o simplemente, con un perro abandonado, sueles empatizar con la causa. Pero, un tema que a mí me toca particularmente es el medio ambiente y el cambio climático (la contaminación de los mares o la pérdida de la biodiversidad). Para mí, todo esto es como si le estuvieran pegando a mi madre...Me nace un sentimiento de injusticia e impotencia que necesito transformar en acción, sin pretender tampoco salvar el mundo. Soy consciente de lo que puedo abarcar y, por ejemplo, lo que yo he hecho en favor de esta causa es comenzar una dieta vegana que, aunque parece una chorrada, es de las cosas más potentes que una persona individualmente puede hacer en su día a día.
«Me nace un sentimiento de injusticia e impotencia que necesito transformar en acción»
¿Cómo es compartir tanto con Dani Rovira?
Realmente es el proyecto común (suspira) más importante, es casi...
¿Como vuestro hijo?
Podría ser. Es verdad. Es algo que ya nos une de una manera muy bonita y muy profunda, que tiene que ver con unos valores que compartimos y que estamos dispuestos a luchar por ellos juntos.
Además de este proyecto, también habéis compartido películas. En una de ellas, «Ocho apellidos catalanes», manifestaste que él había cobrado más que tú, ¿hasta cuándo el machismo en el cine?
A ver, eso fue en realidad un titular un poco sensacionalista. Yo sí que dije eso, pero fue una respuesta concreta a una pregunta concreta. A mí me preguntaron si alguna vez había sido consciente de cobrar menos que un compañero mío y yo comenté este caso. Pero, al mismo tiempo, yo también sé que en «Ocho apellidos vascos» yo cobré bastante más que Dani porque, en ese momento, nuestras carreras eran diferentes -para Dani era su primera película y yo ya llevaba un recorrido. Entonces bueno, con ese dato concreto, yo tampoco quería asentar esa idea y que pareciera una abanderada de « las mujeres cobramos menos ». En esta profesión es muy relativo porque no solamente cobras por un tema de género, sino por lo que vendes y por el momento en el que estés a nivel de carrera. Entonces, yo no me atrevería a afirmar eso rotundamente.
¿Pero entonces existe esa desigualdad?
Sí, más bien desigualdad. Hablando con muchas amigas actrices, es cierto que hay disparidad, por ejemplo, en l as películas que van a los Goya , donde hay mucho más peso en los personajes masculinos normalmente -no todas las veces, como siempre, estamos generalizando. Pero sí que es verdad que todavía tenemos recorrido para llegar a una igualdad real, sobre todo a partir de cierta edad.
En este punto precisamente, ¿te consideras feminista?
Absolutamente. Para mí ser feminista es pelear y creer en una sociedad donde los hombres y las mujeres tengan los mismos derechos y oportunidades. O sea, yo no hablo de los hombres y las mujeres somos exactamente iguales, ni tampoco lo busco. De hecho, me parecería un aburrimiento si todos fueramos iguales. (ríe)
Pero sí, en cuento a derechos y oportunidades, ahí sigue habiendo todavía mucha desigualdad y no solo en el cine, sino en muchísimas profesiones. Creo que el problema radica en las bases que vamos asimilando desde pequeños, como una especie de mensajes subliminales -porque la tenemos aprendida todos-, de que la mujer está asociada más al cuidado y a las emociones y el hombre a la acción y al éxito. Un ejemplo muy claro es el tema de tener hijos, donde parece que la mujer tiene que elegir si quiere tener una familia o tener una vida profesional y el hombre no tiene por qué plantearse eso. ¿Qué pasa, que el hijo no es de los dos? Quiero decir, que ese tipo de cosas, para los casos más radicales como la violencia de género, todo el mundo está de acuerdo, pero hay otras cosas, como este caso, que está muy aceptado y eso perpetua esta desigualdad.
¿Crees entonces que campañas como estas visibilizan más el poder de la mujer en todos los campos a batir?
Por supuesto, porque además el deporte me parece uno de esos campos en el que la mujer no tiene mucho espacio. Por muchos títulos que consigan, para lograr cierta notoriedad, las mujeres deportistas tienen que luchar el doble que un hombre. Normalmente, la sección de deportes no da importancia al ámbito femenino. Entonces que firmas como «Joma», que son súper potentes, hagan acciones como esta, ponen en relevancia el papel de la mujer.