Charlene de Mónaco, la primera «royal» que se rapa la cabeza

La nueva e impactante imagen de la esposa de Alberto II deja a todos atónitos el Día del Árbol de Mónaco

La Princesa Charlene, este miércoles en Mónaco AFP

ABC

Media melena, flequillo recto y súper corto, tupé, recogido trenzado, engominado, puntas desflecadas, boina negra o blanca, grandes pamelas, sombreros años 30... En la última década, la cabeza de Charlene de Mónaco ha estado «coronada» con los más variopintos peinados y tocados , eso sí, siempre con el rubio platino como denominador común.

Bien es cierto que, desde que contrajo matrimonio con Alberto II, en el verano de 2011, la Princesa Charlene ha ido marcando su propio territorio, saliéndose de las cuadrículas de una consorte convencional en cuanto a estilo se refiere: sus «looks» minimalistas y con un punto andrógino son únicos en una realeza europea más acostumbrada al estilo «lady» . Pero Charlene no se crió en un palacio, ni siquiera en una gran mansión, sino que su hábitat «natural» ha sido la piscina, construyendo una carrera como deportista de élite.

Este miércoles, la exnadadora sudafricana, ha dado todo un golpe de efecto, arriesgándose a enfatizar su lado más «punk» precisamente en un acto público vinculado con la Navidad y con niños de por medio: presentarse en el reparto de regalos a los más pequeños del principado con media cabeza rasurada y la otra media con una melena extr alisa. Además, ha oscurecido el tono del rubio platino a unas mechas anaranjadas. Las cejas perfiladas, la mascarilla de lentejuelas y una chaqueta con estampado étnico han rematado su indumentaria.

En la tradicional ceremonia del Árbol de Navidad , en el Palacio Real monegasco, en la que Charlene ha estado acompañada por sus hijos Jacques y Gabriela (es la primera ocasión que los gemelos participan en esta ceremonia), además del Príncipe Alberto , ha dejado bien claro que ella tiene sus propias reglas. La última, radicalizar su imagen.

El pasado agosto, durante el arranque del Tour de Francia en Niza, la cuñada de Carolina de Mónaco ya dio una pista de su transformación: lució un flequillo recto y extra corto, conocido como «baby bang» . En la mascarilla que le protegía frente al Covid-19, un mensaje que parecía toda una declaración de intenciones: la frase del Joker «Why so serious?» («¿Por qué tan seria»).

Ahora muchos se preguntan si tras este singular peinado para una princesa de una de las cortes más glamurosas de Europa hay un mensaje oculto. En el caso de Charlene, habituada a no abrir la boca en público, una imagen vale más que mil palabras.

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