Cayetano Rivera y Eva González, cada uno por su lado

Eva González (39 años) vivía el pasado 28 de febrero un día muy especial. Fue la encargada de presentar la entrega de los Premios Banderas de Andalucía durante el Día de Andalucía , donde rompía a llorar muy emocionada con el galardón que le habían otorgado a su gran amiga Vanesa Martín.

Después de este acto tan importante para ella, la presentadora de televisión ponía rumbo a Huelva para celebrar el cumpleaños de uno de sus mejores amigos, el diseñador Cristo Bañez , como ella misma compartía en su cuenta de Instagram junto a una bonita imagen del festejo que tuvo lugar en el restaurante Aires de Doñana. Entre los asistentes se encontraban Mariló Suárez, hermana de María José Suárez, y Rocío Martín Berrocal, hermana de Vicky Martín Berrocal . «Celebrando la vida, que con vosotros es más bonita», escribía Eva González en la publicación.

Su marido, Cayetano Rivera, fue uno de los ausentes. El torero, que se encuentra en plena temporada, estaba en el festival taurino en Aranda de Duero a beneficio de La Sociedad Española de Cirugía Taurina. Hace tan solo unas semanas, el hermano de Fran Rivera volvía a los ruedos tras el «Karelysgate» después de dos meses tormentosos.

Aunque al matrimonio le está costando mucho cuadrar sus agendas en los últimos meses, como se ha podido apreciar en las recientes apariciones en solitario de ambos, parece que han recuperado la normalidad después de las fotografías de Cayetano Rivera con Karelys Rodríguez paseando por Londres y la confesión de esta asegurando en una jugosa entrevista con la revista «¡Hola!» que hubo algo entre ellos tiempo atrás. Un romance que no coincidió en el tiempo con su relación con González.

Pese a que los cimientos de su matrimonio se tambalearon, Eva González no dudó en apoyar y confiar en su marido, como así aseguró en sus primeras declaraciones sobre el tema en la presentación de «La Voz»: «Confío plenamente en la persona que tengo a mi lado y sigo con mi vida y con mi familia igual que antes. El tiempo pone todo en su sitio y las cosas caen por su propio peso».