Borja Thyssen quiere que Blanca Cuesta y sus hijos se instalen con él en Andorra
Proteger su inmensa fortuna de la Hacienda española le está saliendo muy caro. Ahora él vive en el Principado, y su familia, en Madrid
![Borja Thyssen y Blanca Cuesta](https://s1.abcstatics.com/media/estilo/2016/01/02/borja-thyssen-blanca-cuesta-vivir-andorra--620x349.jpg)
A mediados de este mes los hijos de Borja Thyssen y Blanca Cuesta se despidieron de sus compañeros de clase del Colegio Americano de Madrid por las vacaciones de Navidad. Los niños salieron de viaje inmediatamente hacia Andorra para reencontrarse con su padre y pasar unas semanas en la casa que su abuela, la baronesa Carmen Thyssen, compró allí hace ya un año en Can Diumenge, una urbanizacion de lo mas selecta. Una casa para Borja y otra para Tita . Juntos, pero no revueltos. Fijar su residencia en el pequeño Principado era la única manera de evitar tener que someterse al régimen fiscal español y regirse por el Fisco de Andorra, donde la baronesa tiene su residencia y donde es público que se pagan menos impuestos.
Con varias inspecciones de Hacienda y un marcaje directo en pleitos que no han finalizado, los Thyssen decidieron que lo más seguro era instalarse en Andorra, donde han invertido tras vender la famosa mansión de Villa Favorita en Lugano (Suiza), en la que fue una de las operaciones inmobiliarias más comentadas de esa zona. Invertir y pasar al menos 90 días al año en el pequeño país de los Pirineos son las condiciones que se exigen para esa residencia. Por contra, en España si los Thyssen están más de 183 días al año tendrán que tributar como ciudadanos españoles , uno de los puntos en discordia que Tita discute con los inspectores que están contabilizando cada día y cada noche que la baronesa está en territorio español.
Para la viuda de Heini Thyssen la situación no es tan difícil de llevar como para su hijo Borja. Ella vive con sus hijas mellizas , a las que nunca escolarizó en los colegios cercanos a San Cugat, ya que decidió que se formaran con un sistema americano de enseñanza a distancia y así se encuentran desde hace años. Las niñas viven con ella en Andorra , al igual que los empleados de máxima confianza de Tita, que se han mudado a esa nueva vida durante los días que marca la ley .
Soledad insoportable
Pero para Borja la cosa es mucho mas complicada . Ligado a su mujer, de la que nunca se separaba, ni siquiera para ir al gimnasio o la peluquería, era feliz en su casa de la madrileña localidad de Pozuelo, con sus cuatro hijos, y dedicado por entero a ellos. Formaban una familia modelo, siempre juntos , de vacaciones o en la rutina del día a día, pero centrados en que sus niños se educaran con ellos muy cerca y haciendo una vida más normal que la que Borja pudo tener en la infancia. A diferencia de su padre, los Thyssen-Cuesta son familia numerosa, socializan con sus compañeros de colegio y disfrutan con las reuniones familiares .
Por eso 2016 va a ser el año en el que Borja tendrá que tomar la gran decisión , ya que personas de su entorno aseguran que lleva fatal la distancia y se le hace muy duro quedarse solo en Andorra mientras Blanca y los pequeños vuelven a Madrid y a la vida que él tanto añora. Criado en la soledad de hijo único y siempre rodeado de personas mayores (solo estuvo un par de años en un internado, y el resto se educó en casa), no se acostumbra a contar los días que puede reunirse con su familia , y por eso se piensa en la posibilidad de que finalmente Blanca y los pequeños se instalen con él en el Principado, donde en su momento ya miraron un colegio internacional para los tres mayores (la pequeña Kala aún es muy niña para ir al colegio).
Borja y Blanca no matricularon a los niños en aquella ocasión, en la pasada primavera, precisamente por no perjudicar a los chicos, que están felices con su vida . Se optó por que Borja fuera el único en «sacrificarse» , dado que a fin de cuentas la fortuna es suya , y se eligió por una fórmula que tiene los días contados, pues es inevitable que la relación familiar se resienta con la distancia . De ahí que en cuanto pasen estos días de vacaciones en la nieve, con sus niños jugando sin parar y la ilusión de la Navidad, la soledad de Borja se volverá cada día más insoportable, y eso que ya hasta tiene unos amigos en la zona con los que compartir cenas o reuniones , de la misma manera que su madre también anda cerca con las niñas. Son compañías que ayudan a «parchear» los momentos más tristes, pero que tienen fecha de caducidad. Proteger su fortuna de la Hacienda española le está saliendo muy caro.
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