ENTREVISTA

Beatriz Rico: «Trabajo cinco veces más ahora y cobro cinco veces menos»

Actriz, rockera y voluntaria, la asturiana vive un gran momento personal, una vez que ha superado sus problemas de salud: una delicada intervención quirúrgica cerca de la médula y las secuelas de un accidente de tráfico

Beatriz en la promición de la obra «Mejor viuda que mal casada» ABC

Víctor Abril

Asturiana del 70, esta actriz está en eterna transformación. Desde que debutó en televisión junto a Joaquín Prat en el concurso «El precio justo» , Beatriz Rico no ha dejado de buscar su sitio en el cine, el teatro y la televisión, reinventándose a cada rato. Tras protagonizar el multipremiado cortometraje «La teta que os falta» (un filme sobre el cáncer de mama que ha sido el corto más visto en la historia del Festival de Cortos de ABC, FIBABC), ahora asegura sentirse feliz en su papel de rockera gamberra y entregada. Este año ha editado su primer disco, «Sueños que no caducan» , y se encuentra inmersa en una gira teatral con la obra «Mejor viuda que mal casada» y a la espera del estreno de tres películas. Se siente feliz, pero no todo han sido parabienes. Una delicada intervención quirúrgica y un accidente de automóvil, del que salió ilesa, aunque su vehículo quedó siniestro total, han recolocado sus prioridades.

-¿Qué le sucedió para tener que pasar por quirófano en una operación muy delicada?

-Yo practicaba «body pump» , que es un programa de entrenamiento grupal consistente en levantar pesas. Tuve un problema en el disco cervical, que conllevó una operación muy delicada, porque se intervenía cerca de la médula. Afortunadamente, todo salió bien.

-¿Y el accidente de tráfico?

-Una consecuencia de que viajando mucho. En una rotonda me deslumbró el sol y perdí el control. El coche quedó siniestro total, yo sufrí magulladuras diversas en todo el cuerpo y un problema cervical que ya está superado. Este ha sido mi tercer accidente de tráfico. El primero fue en México, hace ocho años.

-Música, teatro, cine, televisión... ¿Cuál es su prioridad?

-Cualquiera. Yo siempre digo, medio en broma, medio en serio, que trabajo cinco veces más que antes y cobro cinco veces menos. No me importa porque estoy haciendo lo que me gusta y ese es el mejor premio que puedo tener.

-Desde hace algunos años mantiene una relación con un sevillano, Rubén. ¿Tiene tiempo para cuidar su vida sentimental?

-Llevamos tres años juntos y estamos muy bien. Es una persona muy comprensiva. Nos conocimos en el teatro: fue a ver una de mis funciones y, luego, se pasó por el camerino a saludarme. El que salga una pareja de situaciones así es muy raro, pero salió. Tiene 33 años. A mí siempre me han gustado los jovencitos.

-Usted salió durante tres años con Carlos Bardem. ¿Qué recuerdo guarda de él?

-Muy bueno. Los hombres siempre se han portado maravillosamente conmigo.

-¿Qué le diría a su hijo Marco (14 años) si un día le dijera: «Mamá, quiero ser artista»?

-Me daría un disgusto tremendo si me dijera que quiere ser político o torero, pero creo que no va por ahí. A él le gusta todo lo relacionado con los ordenadores. Va más por esos derroteros. A él mi mundo le importa un cuerno.

-¿Qué proyectos tiene ahora?

-Empiezo una gira teatral con Cristina del Valle, de Amistades Peligrosas, con la obra «Ellas dan la nota». Se trata de una función en contra de la violencia de género, en la que participamos cuatro actrices. Soy una gran admiradora de Cristina. Es una luchadora incansable por la paz, por la defensa de la mujeres.

-Usted ha trabajado en películas de contenido social, como el cortometraje «La teta que os falta». ¿Es su manera de ayudar a los demás?

-Sí, y también sacando dos días a la semana para echar una mano en algunas ONGs con las que colaboro. Estoy trabajando como voluntaria en un hospital y en una asociación de familiares de ayuda a drogodependientes.

-¿Qué hace en los hospitales?

-Visitar a enfermos terminales, a personas necesitadas, a pacientes que están en geriatría o que no tienen a nadie y están solos. Si necesitan algo como revistas, libros o alguna otra cosa, yo se lo compro y les hace una gran ilusión cuando se lo entregas. También acompañamos a drogodependientes por si tienen que ir a algún sitio o hacer algunos trámites. Son personas que viven en pisos tutelados, están tratando de salir de la droga. Yo doy gracias a la vida por todo lo que tengo y si puedo ayudar a los que lo necesitan, mejor. El día que tengo voluntariado, lo hago feliz; como si me dieran una inyección de vida. Creo que venimos a este mundo para ayudarnos los unos a los otros. Para mí, las personas son lo primero. El voluntariado me hace tan feliz como el subir a un escenario y no lo estoy exagerando.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación