Del amor de su vida a sus hijos: la discreta familia de Michael Robinson

Michael Robinson ha fallecido a los 61 años a consecuencia del cáncer que le fue diagnosticado en 2018 y contra el que ha estado batallando hasta sus últimos días. Su familia ha sido su mayor apoyo desde siempre, pero sobre todo estos últimos años han sido el motor de su vida. «Con tremenda tristeza os comunicamos el fallecimiento de Michael. Nos deja un gran vacío, pero también innumerables recuerdos, llenos del mismo amor que le habéis demostrado. Os estaremos eternamente agradecidos por haber hecho a este hombre tan feliz, nunca caminó solo . Gracias», han comunicado a través de Twitter este martes.

Junto a su mujer, Christine Anne Robinson , y sus dos hijos, Liam (1986) y Aimée (1992), formó una familia de lo más unida que hoy llora su muerte y que fue el motivo por el que no se rindió durante la dura lucha contra su enfermedad: «Preferiría no tener que librar esta batalla, pero lamentablemente estoy en esta lucha y tengo claro que la voy a ganar», contó hace unos meses en una entrevista para el programa «La Ventana» de la Cadena Ser».

Siempre han llevado la discreción por bandera. Christine, a quien conoció en el colegio , ha sido el gran amor de su vida. Sin embargo, no fue hasta años después, cuando él estaba en la cúspide de su carrera, cuando volvieron a encontrarse. «Yo vivía entonces en Brighton y me recuerdo ya enamorado. Me resultaba elegantísima, se sonrojaba con cada elogio, regañaba las salidas de tono, era una auténtica lady. No había conocido a nadie como ella», confiesa en su libro «Es lo que hay... Mis treinta años en España». Han estado casados cerca de cuatro décadas y, aunque se prodigaba poco, su esposa le acompañó en más de una ocasión a los eventos a los que el exfutbolista estaba invitado, aunque siempre manteniendo un perfil bajo.

Su hijo Liam se crió en España , pues nació tan solo ocho meses antes de que Robinson fuera fichado por el Osasuna. Tras un tiempo en Pamplona, durante su etapa en Madrid, el joven se aficionó al rugby gracias a su padre. El comentarista rememoró en 2018, en el Chester, de Risto Mejide , un acontecimiento no tan feliz que tuvo lugar con el que fuera su equipo. Él trabajaba de comentarista deportivo en Canal+ y pidió al gerente del club que su hijo saliera al campo con el capitán y su camiseta roja, pero cuando Liam, de siete años, ya se encontraba en el túnel de la mano de Iñaki Ibáñez «el delegado les separó». «Impidió a mi hijo saltar. Yo no sé qué diablos hice tan mal para que me tengan tanta manía, para inclusive hacerle eso a mi hijo. A mí pueden machacarme, pueden dejarme cojo, pero hacer eso a un niño de siete años... No he sido capaz de perdonárselo», comentó aún resentido entonces.

Liam que ha heredado de su progenitor la pasión por el deporte, vive con su pareja y en 2017 le hizo el mayor regalo posible a Robinson: convertirse en abuelo. «Al saber que tenía cáncer, ver a mi nieta con sus 14 meses pensando que quizá no estaré para verla crecer, fue terrible » contó hace unos meses.

Aimée, su hija más joven, es también una desconocida para el público. Sobre ella trascendió un angustioso episodio que vivió cuando fue testigo de los atentados del Puente de Londres en 2017: «El sábado por la noche mi hija me mandó un mensaje... en ese momento mi mujer y yo estábamos ya en la cama y no fuimos conscientes de lo que nos estaba mandando... Menos mal», contó su padre en el citado programa radiofónico de la Ser. La joven ha estudiado Publicidad y ejerce como profesora de yoga. « Eres un héroe para muchos y verte reír cada día ha sido totalmente inspirador. Tienes el poder de dar color a los momentos más oscuros», con estas palabras se refirió a su padre hace un tiempo, tras unas vacaciones inolvidables en familia.