Alessandro Lequio: «Me cuesta sonreír. La enfermedad de mi hijo es dura y larga»
El conde italiano ha hablado por vez primera, y de manera abierta, sobre el cáncer que padece su hijo Álex durante la inauguración de un restaurante
A lo largo de toda la semana, Álex Lequio Obregón (26 años) envió varios mensajes a diversos periodistas asegurando que, por motivos laborales, el jueves 5 de julio asistiría a la apertura de un nuevo restaurante en el centro comercial Diversia en Alcobendas (Madrid). Días atrás, su padre, Alessandro Lequio (58), había ofrecido la misma versión, al igual que la propia empresa de Álex, Polar Marketing, encargada de llevar la comunicación del local Miss Sushi. Todo hacía pensar que el hijo del conde italiano y de la actriz y presentadora Ana Obregón (63) estaría presente en lo que ya prometía ser un multitudinario evento. Los preparativos para su primera aparición pública tras conocerse su estado de salud estaban listos. Pero finalmente no pudo ser pese al anuncio previo, sobre el que insistieron que no se trataba de ninguna estrategia para asegurarse la asistencia de la prensa. Un día antes del acto, los médicos le desaconsejaron por completo el anhelado traslado a España desde Nueva York, ciudad en la que lleva casi tres meses recibiendo tratamiento oncológico.
Noticias relacionadas
«Él quería venir, tenía la intención de hacerlo, no solo a esto, sino para estar con la familia, para estar en casa, alejarse del día a día del hospital... Pero ayer los médicos se lo desaconsejaron por completo» , dijo Alessandro Lequio, que sí estuvo en la apertura del local, en cuya entrada se entregó una pulsera de la Fundación Aladina, entidad privada sin ánimo de lucro que ayuda a niños y adolescentes enfermos de cáncer. El colaborador televisivo no quiso defraudar a su hijo, que le pidió expresamente que acudiera para representarle en la apertura del restaurante japonés.
Pesar en el rostro
Cabizbajo, alicaído y con expresión de dolor en su rostro, Lequio habló por primera vez, sin tapujos y con franqueza, del estado de salud de Álex. «Me cuesta mantener una sonrisa, pero es lo que hay que hacer. Es una dolencia que asusta y no tendría que asustar tanto, pero sí trabajar todos los días y con todos los medios al alcance. Es dura y larga, y todos sabéis perfectamente de lo que estamos hablando» , se sinceró con la voz entrecortada y con evidentes signos de nerviosismo. El físico de Lequio, aparentemente más delgado, es una muestra más de la pena en la que está sumido desde semanas atrás.
Aunque la noche del jueves no quiso ponerle nombre a la enfermedad que padece su hijo Álex -los otros dos son Clemente , fruto de su matrimonio con Antonia Dell’Atte , y Ginevra , de su unión con María Palacios -, sí lo hizo horas después en el espacio televisivo en el que colabora, «El Programa de Ana Rosa», donde pronunció por vez primera la palabra «cáncer» muy emocionado. «El cáncer tiene un tratamiento largo y penoso , no hay novedades ni evolución hasta que todo termina», decía a la vez que aseguraba que están preocupados, aunque esperanzados y sin olvidarse subrayar que Álex está en medio de la lucha.
Una madre abnegada
Este domingo se cumplirán tres meses del viaje de la familia al completo a la ciudad de los rascacielos y de aquellas imágenes entrando en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, un centro de referencia dirigido, desde 2013, por el oncólogo español Josep Baselga. «Por su edad hemos preferido que esté en las mejores manos y además son las de un español», explicaba el conde italiano sobre la elección de EE.UU. No hay duda de que la privacidad de la que gozan en tierras extranjeras para vivir ajenos a los focos mediáticos a los que estarían expuestos en España es otra de las razones.
Ana Obregón solo tiene ojos para su hijo y no necesita preocuparse de otras cosas, ahora insignificantes. Ha dejado de lado todos sus compromisos laborales para dedicarse por completo a Álex y desempeñar el papel de madre entregada que siempre ha ejercido. Dentro de las circunstancias, la bióloga y actriz «está bien», llevándolo como cualquier madre, como así declara Lequio. «Es extraordinaria y aprovecho para decir que la única mujer que acompaña a mi hijo desde hace dos meses es su madre , no hay nadie más», le dedicó sentidamente el conde a la que fue su pareja y a la mujer con la que mantiene una estrecha amistad.
Sus palabras, o más bien la reiteración de ellas, siembran la duda de la posible ruptura de su hijo con Francisca. De ser cierto, Álex cuenta con el apoyo de toda su familia que se ha enfrentado unida a este revés. Por ahora, continuará con el tratamiento y no será intervenido. «De momento estamos en lo que estamos . Lo otro es especular. Hasta que no sepamos cómo se desarrolla todo, es absurdo», zanjó Lequio, que espera que esta pesadilla termine pronto.