La fórmula familiar de los Kennedy: alcohol, silencio y guardar las apariencias

Patrick, el hijo más pequeño del difunto senador Ted Kennedy, exorciza sus demonios en un libro donde desenmascara al clan

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No hay año en el que un nuevo libro rebusque en la trastienda familiar de los Kennedy para destapar sus miserias. Drogas, alcohol, sexo, suicidios, accidentes... Por muy feo y sórdido que parezca, nada sorprende cuando se trata de cuestionar la antaño impoluta imagen del clan político más célebre de la historia de los Estados Unidos.

El último personaje ocupado en rebuscar en la miseria ha sido, sorprendentemente, uno de los suyos: Patrick Kennedy , sobrino del asesinado presidente John F. Kennedy. En su relato «A Common Struggle» («Una lucha común»), Patrick desenmascara, como ya hicieron otros, a la dinastía y pone en primer plano la tendencia familiar al alcoholismo .

El hijo más pequeño del senador Ted Kennedy pretende, con esta catarsis literaria, restar esa injusta aura mítica del «Camelot» norteamericano para abrir paso a una imagen más humana y más ajustada a la realidad. «Espero que contando mi historia y la historia nacional podamos movernos hacia una nueva perspectiva sobre las enfermedades mentales» , destaca en el vídeo promocional de su libro este exadicto al alcohol y líder de un movimiento para cambiar la percepción de la sociedad norteamericana sobre las enfermedades mentales y las adicciones.

En esta confesión literaria, Patrick Kennedy señala directamente a sus padres, el senador Ted y su esposa, Joan, cuya afición por el licor se convirtió durante años en un secreto a voces. El autor habla de las duras circunstancias que tuvo que asumir su progenitor, enterrando a dos hermanos: en noviembre de 1963, al al presidente John F. Kennedy, asesinado en Dallas (Texas) , y, cinco años más tarde, a «Bobby» Kennedy, tiroteado en Los Ángeles cuando estaba a punto de competir por la Casa Blanca.

Según afirma ahora su hijo, echar tierra sobre los féretros de sus dos hermanos despertó en Ted Kennedy un trastorno no diagnosticado de estrés postraumático, que le empujó al alcohol y le hizo protagonista de oscuros episodios , aún no aclarados, como el del accidente del puente de la isla Chappaquiddick.

Entonces, en el verano de 1969, supuestamente bajo los efectos del alcohol, el joven senador regresaba de una fiesta junto a su secretaria, Mary Jo Kopechne , y su vehículo se precipitó a un canal en la isla de Chappaquiddick, en Massachusetts. Él pudo salir pero su acompañante no y murió ahogada. «Nunca pude hablar de eso. Era rehén del código familiar de no decir nada sobre eso. Cualquier cosa que dijeras, era una deslealtad. Era ir en contra del código de la familia» , confesó en una entrevista el pasado domingo en el canal CBS Patrick Kennedy, que comenzó a beber con 13 años. Patrick Kennedy, además, sufre transtorno bipolar y tuvo que superar sus adicciones al alcohol y los analgésicos. Dicha adicción salió a la luz en 2006, cuando el entonces congresista por Rhode Island chocó con su automóvil, a las tres de la mañana, contra una barrera cerca del Capitolio, y pocos días después fue internado en una clínica de rehabilitación.

«Ponía vodka en botellas de agua y ponía oxicodona (un fármaco contra el dolor) en los botes de aspirina» , reconoció durante su entrevista en CBS. Menos de seis meses después de la muerte de su padre, conocido como «El león del Senado», Patrick Kennedy decidió abandonar su escaño en la Cámara Baja en 2010, decisión con la que dejó al Congreso, por primera vez en medio siglo, sin ningún miembro de esta famosa dinastía política. El testigo familiar lo recogió Joe Kennedy III tres años más tarde, cuando pasó a formar parte de la Cámara Baja en representación del estado de Massachusetts.

Con el tiempo ganó la batalla. Además de la rehabilitación, invirtió sus energías en el activismo político por el derecho a la salud mental. Es un gran defensor de una reforma sanitaria para que los trastornos psíquicos sean tratados con la misma urgencia que el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Patrick cumplirá cinco años sobrio el próximo 22 de febrero, coincidiendo con el que sería el 84 cumpleaños de su padre

El libro, que salió a la venta este lunes en Estados Unidos, ha despertado el rechazo de parte de la familia Kennedy, como el hermano mayor de Patrick, Ted Kennedy Jr., que confesó tener el «corazón roto» por el «retrato erróneo e injusto» que dibuja el nuevo libro sobre la dinastía, según dijo en un comunicado.

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